Carnid: El inicio de su historia ©

Carl

- Gracias a Dios que están aquí- nos recibió Carol, y nos abrazó.
- Estamos sudados y con sangre podrida de caminante, lo sabes, no?- dijo Daryl molesto ante la muestra de cariño hacia nosotros tres juntos.
- No me importa-respondió Carol.

Los cuerpos de nosotros tres estaban muy juntos, debido al abrazo de Carol. Sentí el pelo de Enid en mi rostro y fruncí la nariz por el cosquilleo.
- Ya me estaban empezando a preocupar, y eso que iban contigo- dijo mi papá acercándose y dirigiéndose a Daryl.
Carol nos soltó y se apartó para que el resto nos pudiera saludar.
- No lo tomaré como ofensa- dijo Daryl, mientras se descolgaba la ballesta de la espalda.
- Pero que rayos les pasó?- preguntó Gleen.
- Larga historia-respondió Enid.
- Exacto, lo importante es que estamos vivos, y sanos...creo- dijo Daryl mirándonos a los dos.
- Primero necesitan comer, luego nos cuentan todo.- dijo Beth.
- Segundo comer, primero necesitan un baño, te incluyes en eso Daryl- dijo Carol.
Daryl soltó un gruñido.
- Si, no tienen una pinta muy limpia, que buena primera imagen le diste a la nueva Daryl- dijo Michonne, mientras nos miraba.
- Ella quiso sumarse- respondió y agregó- De hecho, me dio una buena primera imagen a mí- Enid sonrió bajando la cabeza.
- No hay heridas?-preguntó Hershel.
- No, no lo sé tú Daryl-respondí mirándolo.
- Ninguna grave, ahora basta de preguntas, los chicos tienen que bañarse.
- Y tú también- respondió Carol.
- Si, como sea- dijo Daryl molesto y todos nos reímos.
...
El agua fresca daba en mi rostro. No había sentido tantas ganas de ducharme como ahora, bueno sin contar la vez que había empezado todo y pasamos como una semana sin bañarnos.
Suspiré, a pesar de que Enid me molestara a cada rato, de que Daryl me burlara con ella (burlas que no tienen sentido, puesto que apenas nos conocemos y por más que me esfuerce con esa chica, no creo que me caiga nunca del todo bien), de que por poco nos comen los caminantes, fue un buen día. Y todavía no había terminado, pero algo en el tono y la mirada de mi padre me hizo darme cuenta de que no volveríamos a salir de cacería o excursión, a menos que sea un grupo grande.
Mi panza rugió un poco, sí tenía hambre.
Apagué el grifo agotado y la lluvia en la cara cesó.
Me sequé rápidamente, me estaba vistiendo hasta que me di cuenta que me había olvidado una camisa limpia.
Solté un bufido frustrado, aunque hacía calor, tampoco es que me agradara estar sin camisa todo el día, y menos con Enid ahí, iba a ser otro motivo para que me moleste.
Salí de las duchas y me dirigí hacia mi habitación, esperando que Enid no esté allí.
Al parecer no estaba. Mucho mejor, rebusqué en el cajón y me estaba por poner la camisa cuando alcé la mirada.
"Genial"
- Hola Carl- dijo Enid que estaba acostada en la litera de arriba.
Su cabello estaba mojado, pero por suerte había sido precavida y había puesto una toalla seca sobre la cama para no mojarla.
- Ya te estás acostumbrando?
- A verte con el sombrero todo el tiempo, hasta cuando te bañas o a otra cosa?- me preguntó y me percaté de mi sombrero puesto con el cabello mojado.
- Me refiero a mi nombre- dije.
Ella se levantó de un salto, y de pronto estaba parada en frente mío.
- Mmm, estoy tratando- respondió y agregó- Pero me gusta más niño, hasta en mis pensamientos te nombro así.
- Asique piensas en mi.- por lo menos no me sentía raro por pensar en ella, desde que había llegado.
- Tú también seguro, soy nueva aquí y yo no conozco a todos- se encogió de hombros indiferente- No te sientas especial niño. Pienso en todos, no solo en tí.
Fruncí levemente el ceño, ocultando un poco mi incomodidad.
- Pero seguro al resto los piensas por su nombre y no los apodas.
- No es cierto, está el coreano, que creo que se llama Gleen...
- Bueno, sí, pero él no cuenta todos lo apodamos así o le decimos "chino"- sonreí.
Los dos reímos.
- Bien, okey. Trataré de decirte Carl.
-Ya perdí la cuenta de las veces que me dijiste eso y me sigues diciendo niño.
- Bien, bien, esta vez va de enserio. Trataré-dijo y note el sarcasmo.
La miré como agotado y rindiéndome a seguir intentándolo.
Ella me respondió encogiéndose de hombros.
Nos quedamos mirando fijamente. Como analizándonos.
Enid llevaba una remera amarilla suave y unos jeans grises de tiro bajo. Zapatillas marrones, le quedaba bien. Siento que ponga la ropa que se ponga le quedaría bien igual.
De pronto, al verla un recuerdo me vino a la cabeza. Un recuerdo en la escuela, hace tiempo.
Hace bastante tiempo de hecho cuando iba a la escuela y todo estaba bien. Cuando no sabía que a mi padre lo habían disparado.

"(..)Nunca vi a una chica con tanta iniciativa como ella para leer. Se llama Enid y, a pesar de todo, es muy dulce"

La imagen de la niña sonriente con la vincha blanca en la cabeza me vino a la mente. El recuerdo de aquel día con la maestra Judith.
El recuerdo se dispersó y me topé con la mirada confundida de la Enid del presente.
- Emm, bueno creo que iré a comer. Tú también deberías ir, ha sido un mediodía muy cansador.- dijo y se dio la vuelta para irse. Pero mi papá entró a nuestra celda antes de que pueda irse.
- Enid, Carl, Carol los espera con la comida...-pero se interrumpió al vernos.
- Ah eso- dijo Enid pasando su mirada de mi padre a la mía- Deberías ponerte la camisa, o guardarla no lo sé- se encogió de hombros, mientras me miraba de arriba hacia abajo- Pero es que llevas mucho tiempo con la camisa enrollada en tus brazos- y diciendo esto se fue.

Mi padre quedó parado mirándome.
Me puse la camisa un poco colorado, odiándome por no haberme dado cuenta.
- Me distraje en mis pensamientos-le dije a mi padre.
- No pasa nada Carl, si tienes calor quédate así- sonrió- Aunque no quiero saber en que estabas pensando para que te quedes tanto tiempo con la camisa enrollada. Y si no me equivoco, tus mejillas tienen un poco de color
Hice una mueca.
-Es por el calor. Y no pensaba en nada, solo que...
- A comer Carl, luego hablamos de Enid- dijo y me guiño un ojo divertido.
- Tú también me burlarás?- le pregunté, mientras nos dirigíamos a la cocina.
- Quien te carga ya?
- Enid pero por otras cosas y Daryl. Parece que les encanta molestarme.
Él me sacó el sombrero y me sacudió el pelo cariñosamente.
- Si bueno, todos pasamos por cargas de vez en cuando.
- Si, pero Enid ya molesta demasiado.
-Eso no es lo que vi que pensabas cuando la mirabas.
- Creo que no la miraré más, miras a alguien y te arman una historia de vida- dije simulando enojo.
Y con mi padre nos reímos. Pero mis mejillas seguían un poco coloradas al nombrar a Enid, sacudí la cabeza por la extraña reacción.