Enid: La primera muerte.

705 41 3
                                    

- Necesito esas hachas. Nos vendrán bien. Tú no las usas y ...

Mi madre seguía hablando con el tipo. Estábamos afuera de su casa. Yo estaba arriba del auto aburrida, escuchando la aburrida conversación. Dios... de haber sabido me hubiera llevado algo para entretenerme. Hace 10 minutos que llevaban ahí negociando. Aunque deseaba que el pinche chabon le diera esas preciosas hachas de guerra a mi mama y que nos larguemos de ahí.

En eso escuché esos ruidos. Esas pisadas y gruñidos tan conocidos para mi. Caminantes. Giré la cabeza y me sorprendí mucho. Era una horda gigante. Debíamos irnos.

- Mamá!!!. Son ellos!!!- gritaba desesperada viendo que mi mamá no atendía mi llamado.

- Ya va cariño... Ya va-dijo tranquilamente.

¡YA VA!¡NOS PODÍAMOS MORIR Y ELLA ME DICE UN:YA VA!¡ESTA MUJER QUIERE MORIR O ESTA CADA DÍA MAS CIEGA!

Los caminantes no notaron mi presencia. Pero si la del tipo y la de mi madre. Estuve dispuesta a salir del maldito auto para arrastrar a mi madre lejos de allí, pero lo que paso me dejo sin palabras.

Un caminante le mordió la cara al tipo(murió y nunca supe su nombre...). La sangre salio sin tener intención de parar. El hombre gritaba. Pero ya era tarde. Ya era alimento para esos monstruos.

Mi madre entró rápidamente al auto, por poco un caminante no la alcanzaba. Encendió el motor y salimos de esa horda en auto. Pero era una horda gigante. Habia caminantes por doquier.

- Distráete con algo mi florecita. Pronto saldremos de esta, no te preocupes- dijo mi madre, y aunque no quería, hice caso a su consejo.  Busqué con que distraerme.

Lo único que vi fue la hora que marcaba el tablero del auto. 15:41. Y la fecha. 14-8-99. Luego vi un precipicio y grite desesperada. Nos dirigíamos a él.

Nunca supe que ocurrió después. Solo escuché un: Te quiero, siempre fuiste muy valiente Enid.

Cuando desperté de mi desmayo vi el tablero. Se había quedado con la misma hora y fecha. El auto estaba lleno de sangre por dentro. Los vidrios se habían roto. Tenía unos cuanto clavados en mi cuerpo. Parecía que hubieran pasado días luego de la horda. No escuchaba nada. El auto estaba dado vuelta.

- Mamá?- llamé. No obtuve respuesta.

Cuando me asome al espacio vacío de la ventana pude ver un caminante devorando las tripas de un cuerpo sin vida.

Ví esa campera bordo y su cabello castaño todo ensangrentado. Mi mamá...

Carnid: El inicio de su historia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora