CAPITULO LX

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A veces solo tienes que dejar que esas partículas floten y formen algo nuevo.

- Votos de amor

Iba caminando a su encuentro, en el altar tenía la sonrisa más bonita del mundo y yo solo quería tenerla más cerca, para decirle que la amaba y que todo lo que habíamos pasado estaba bien, por fin seríamos una familia unida; para mí todo lo demás ya no importaba. Bruno estaba llevándome del brazo era un sueño totalmente real y estaba tan contenta, tenía ganas de llorar pero todo se esfumó cuando por fin la tuve enfrente mío, estaba tan linda, es mi señora De La Mora y ahora ella sería de nuevo la señora Riquelme. Le quiero tanto.

- muchas felicidades, a las dos - dijo Bruno con una sonrisa, justo le devolví una pero este momento solo era de ella y yo y solo podía verle a ella.

- Te amo - le dijo Paulina con esa sonrisa maternal y con ese tono casi lloroso. Si no fuera por qué la conociera sabría que no lagrimea por qué sabe que el rímel se la correrá de los ojos tan bonitos que tiene.

El maestro de ceremonias empezó a hablar, cada palabra del amor o todo lo que decía me tenía solo pensando en ella lo que significa amor y sus derivados, con ella todo lo conocí.
Me tenía tomada de la mano y en miradas cómplices nos decíamos lo mucho que nos amábamos "al final el amor es suficiente"

Todo valió la pena, absolutamente todo.

- yo, Paulina de la mora, te acepto a ti Maria Jose Riquelme como mi esposa, para amarte, respetarte y valorarte el resto de mi vida, Prometo, sin importar los retos que puedan separarnos, que siempre encontraremos el camino para volver a estar juntas. - dijo cuando empezó a dar sus votos - prometo cuidarte, en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, en la felicidad estar y en la tristeza aún más...- soltó una risita que me hizo sonreir aun mas- también aquí antes de que te conviertas en mi esposa, quiero decirte algunas cosas por las que me enamoré de ti...
Lo bonita que eres, siempre eres tan espectacular. Por qué eres un gran ser humano y yo se que si algo me pasará Bruno estaría a salvo como yo lo estoy contigo todo el tiempo. Por qué eres la mujer más maravillosa que pude haber soñado ya ahora si más lúcida - algunos se echaron a reír como ella y yo - Te amo y hasta que la muerte nos separe, Te Amo - soltó en un sollozo para finalizar

Le ofrecieron un anillo, otro, que puso en mi dedo anular con suma delicadeza y yo con eso fui la mujer más feliz del mundo.

- Yo, Maria Jose Riquelme, te acepto a ti Paulina de la mora como mi Esposa - sonreí ampliamente de decirlo - para amarte, respetarte, cuidarte y cuidar a nuestra familia por sobre todas las cosas que podamos enfrentar, te prometo que siempre volveré a dónde tú estés, prometo Amarte en lo prospero, en lo adverso y por sobre todas las cosas. Puedes confiar en mi amor y en qué yo haré todo para que tú y Bruno estén bien, que te amo por sobre muchas cosas, prometo ser la esposa que te acompañe en la salud, en la enfermedad, en la tristeza, en la dolencia, cuando caigas levantarte - suspiré fuerte por qué sentí mis ojos llenarse de lágrimas - y si existe otra vida ojalá toparme contigo para poder amarnos de nuevo, por qué sé que solo a tu lado conoceré lo que es la felicidad y las ganas de comerme el mundo, por qué eres la combinación maravillosa del amor y te amo por eso y muchas otras cosas, mi pequeña señora de la Mora - una lágrima traviesa se escapó y ella la limpio, besé su mano aprovechando el viaje, sonreímos como nunca.

Puse el anillo en uno de los delicados dedos de su mano y ella miraba atentamente, nunca olvidaré la expresión de su rostro cuando regresamos nuestras vistas la una a la otra...

LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora