CAPITULO V

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Ya como se darán cuánta xd le pongo fotos de las respectivos personajes a los capítulos jaja, espero les este gustando... También pedirles un favor, si quieren que le ponga videos de música háganmelo saber...plisss  Bueno, muchas gracias por el apoyoo!!! Y disfruten! Se me cuidan :)

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Estamos bajando por el asesor, tengo a Paulina con una mano en la cadera por si no tiene fuerzas para sostenerse y ella también me tiene abrazada.

Después de unos minutos y unas paradas a otros pisos bajamos en la planta baja y solo está el sol un poco fuerte. Nos conducimos a la recepción a dejar los pases que nos dio Susana, la recepcionista. Ella me recuerda a mi amiga de España, Catalina. Tiene el cabello rojizo y tiene la misma estatura. Muy linda ella.

Llegamos y ayudo a Paulina a buscar el distintivo que nos ofreció hace un tiempo en el bolso que trae. El mío está en mi bolsa; Julián y Elena también me extienden el suyo. Mientras caminan, Julián trata de que Paulina se sostenga en el, como lo hacía conmigo. Pero ella trata de evitar eso por que se cree la fuerte y hace muecas mientras la regaña Elena. Se ven tan tiernos que sonrió ampliamente.
Camino hacia el escritorio y veo a Susana conversando con otro joven no muy alto de cabello chino y no muy guapo tampoco.
Puedo alcanzar a escuchar que el le dice que se anime, que se divertirá... Tal vez la está intentando invitar a salir y no quiere o yo que se.

– Hola Susana – digo interrumpiendoles y sonrió mientras la saludo con una mano – solo quería devolverte los distintivos y bueno, agradecerte lo que hiciste por  nosotros hoy, has sido muy amable conmigo– le digo sonriéndole y ella también me lo devuelve

– No fue nada señora, es mi trabajo y bueno me alegra haber ayudado.– dice de manera educada. Mientas se remueve incómoda en su asiento y ladeando la mirada hacia el tipo. Por lo que decido mirarlo a el directamente con una sonrisa sin mostrar los dientes en señal de que está en un lugar malo por ahora.

– ah, lo siento – suelta. – me iré por allí, con permiso– y se aleja de la recepción y sin mas me volteo a ver a Susana que me mira muy fijo... Que extraño. Solo río.

– Me llamo María Jose, ¿recuerdas? – y río un poco más. Ella apenada sale de sus pensamientos, al escuchar mi risa.

– claro, un gusto – dice apenada. Yo le extiendo los distintivos y solo la veo mientras los guarda.

– oye, tal vez podríamos salir alguna vez para conocernos como amigas, claro. Me has caído muy bien y estaría encantada de agradecerte con un café o algo, claro... Cuando tú puedas ... Vendré muy seguido al hospital por mi hermana y podremos salir si gustas. – digo sin que suene a una cita y más bien una salida de amistad. Quizá sea bueno conocer más gente y abrirme a salir en este nuevo entorno. Después de lo de Kim, casi no he salido con nadie y bueno creo que me haría bien unos cuantos amigos aquí, para sobrellevar la estadía.

– hmm, claro me encantaría... Maria Jose, ¿Que tal si apuntas mi número? Y así nos ponemos en contacto para salir. – está más roja que un tomate y no puedo evitar sonreír. – ¿no eres de aquí cierto? – dice con curiosidad y solo me volteo a verla.

– ¿Qué dices, tía? ¿Lo has dicho por el acento? – le bromeo y ella ríe un poco, bueno después de un rato de tención en ella ya rie. – mmm no, soy de España; de Madrid, España. – sonrió – bueno dime tú número y lo apunto en mi móvil.

Ella me lo dicta y decido marcarle para que grave el mi número y así estemos en contacto.

– bueno, Susana... Allí está mi número y en cuanto pueda estaré gustosa de invitarte un café o salir a dónde quieras. Muchas gracias de nuevo por haberme ayudado. Enserio. – le sonrió una vez más mientras ella solo agacha la cabeza apenada

LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora