CAPITULO XLII

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Estoy en shock. Hablando con Paulina, con mi Paulina. Rafael me contó que iba a llamar pero no imaginé que tan pronto, creo que estaba acostumbrada a que tomara su tiempo, pero... Es que...

- ¡por supuesto! - ella suelta muy emocionada, juraría que está emocionada, le conozco - por supuesto - recalca en un tono mucho más serio. - entonces... ¿Nos vemos?

- por supuesto. - le digo en palabras tan cortas como mi mente me lo permite, estoy tan nerviosa que no puedo pensar tan claro, me sudan las manos y mi estómago está hecho una montaña rusa. - hasta entonces. - le recalco. Cerrando mis ojos.

- Hasta entonces. - me dice ella, para después cortar la llamada. Dejo mi móvil en el escritorio. El alma me ha vuelto al cuerpo, joder me ha llamado.

Catalina entra a mi oficina...haciendo que abra los ojos que tenía cerrados.

- Jose, no me di cuenta que este documento no va firmado... - dice viéndome, tengo ambos lados de la silla donde estoy tomados con fuerza - ¿Que sucede? ¿Te sientes bien?

- Me llamó... - le digo en un hilo de voz. - me llamó - esto último lo digo más para mí misma. ¡Joder que me ha llamado!

Estoy mirando fijo a Catalina que tiene la boca abierta.

- No es cierto... - dice incrédula. - ¡jodeeeeer!

Me pongo de pie corriendo a abrazarla de la felicidad que siento dentro de mi, por los nervios, por la emoción que tengo. ¡Me llamo! ¡Paulina me llamo!

Ella brinca conmigo en sus brazos de un lado a otro gritando de la emoción al igual que yo. Con unas sonrisas enormes. Festejando un triunfo, por qué a eso se siente, me siento muy feliz, como hace mucho no me sentía. ¡Madre mia!

Se separa de mi tomándome de los brazos y mirándome fijo.

- ¡es la jodida noticia más buena que me haz dado en el día! - me abraza de nuevo.

- ¡ay! ¡Pero que estoy flipando! - sonrió emocionadisima.

Rafael va entrando con Rita a la oficina que tiene la puerta abierta, no, no, que lo quiero al jodido.

- ¿Que pasa? - Dice Rita frunciendo el ceño. Veo a Rafael que tiene una expresión de extrañado y de que no entiende ni un gramo de lo que estamos haciendo. Pero joder, estoy segura de que está noticia le caerá muy bien.

- ¡Paulina la llamo! - Grita emocionada Catalina.

- ¿Que? Estás jugando - dice Rafael cerrando los ojos y riendo incrédulo.

Yo sonrió ampliamente por la emoción. - ¡no!

Corre hasta nosotras y nos abraza celebrando de la misma manera en la que empezamos Catalina y yo. Entre risas emocionados nos separamos y reímos un poco más. Pareciera que celebramos, no se... Algo súper importante por qué estamos todos muy emocionados. No me la puedo creer.

- Pero que te dijo, cuéntanos. - aún estamos los tres muy cerca. Puedo ver a Catalina tomar distancia de Rafael muy rápido e incómoda. Acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja y agachando la mirada.

- emm, si dinos que te ha dicho- menciona dándome una palmada en el brazo. Haciendo que me distraiga para seguir en lo que estoy.

- Rita, ¿por qué no vienes aquí? - le dice Rafael, ella esta recargada en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Y mira fijo lo que hacemos.

Ella cierra la puerta y se conduce a nosotros.

- Por qué no cogen asiento y platicamos - la sonrisa de la cara no se me quita ni de jodido. No. Puede. Ser.

LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora