CAPITULO LVII

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Cinco horas antes

Baje del avión tan rápido como pude, por que sentía sofocarme muchísimo allí, tengo muy claro que no era sofoco si no ganas de llorar interminables; justo cuando estaba documentando el equipaje pensaba en no subirme y regresar corriendo para abrazarle pero sabía que no estaba allí, no estaba parada más allí por qué ya habíamos quedado en qué nos íbamos a ir para solucionar todo. Pero no puedo evitar pensar que estaba esperando que diera la vuelta... O al menos eso quería yo.

A lo lejos veo a Lucia esperando, tiene el cabello hecho un moño bonito, bien peinado y un traje a juego negro me imagino que está saliendo del trabajo. Sonrie apenas nota que estoy caminando a ella y camina a mi con los brazos abiertos y una sonrisa enorme en el rostro.

– ¡mujer pero que guapa estás! – le abrazo muy fuerte oliendo su perfume.

– ¡que dices! – me alejo para verle – te he echado tanto de menos

– ¡Yo también! No sabes. – me hace a un lado un mechón de cabello – pero ven, vamos al auto para irnos de una vez.

– si, vamos – caminamos tomadas del brazo mientras ella lleva una maleta y yo otra.

Abro la puerta del copiloto una vez hemos subido las maletas al coche y me siento a su lado Poniendome el cinturón de seguridad. Y suspiro fuerte de cansancio.

– ¿todo bien? – dice tomando el volante con las dos manos. – te noto un poco tensa.

– está todo bien, estoy muy cansada, el vuelo, caminar no se... Tanto – me río y ella asiente sin decir más, para empezar a conducir.

No decimos mucho solo por veces canta las canciones que tiene puesta la radio y ni siquiera me había dado cuenta hasta que empezó a pasar una canción conocida. La recuerdo aunque no tengo idea de dónde.

"A placer, puedes tomarte el tiempo necesario... "

Me dedico a meditar en la letra mientras salimos por la carretera y veo los árboles o arbustos que hay fuera de ella...

– ¿te importa si pasamos a la gasolinera cerca para comprar algo y cargar gasolina? – pregunta bajando el volumen de la música.

– no, claro que no.

Una vez hemos parado y ella ha salido a atenderse yo tomo el móvil para buscar el número de Rafael y hablarle por el arreglo que quiero darle a María Jose. Le llamo varias veces pero no atiende. Así que le dejo dos  mensajes también en WhatsApp, por si los lee más tarde y me ayuda. Espero pueda hacerlo sin que nos gane el tiempo.

→Hola Rafael, soy Paulina... Bueno no se si tengas agregado mi número. Bueno nada, que te he estado tratando de llamar y pues no te he encontrado ¿no sé si podrías regresarme la llamada cuanto antes?

Es algo importante y espero puedas ayudarme.

– ¿Que es lo que haces señora? – dice Lucia asomándose por la ventana sonriente.

– atiendo los mensajes que tenía – sonrió – ¿tu crees que se ponga color de hormiga ahora que llegue a casa?

– mmm, pues no lo sé – se encoje de hombros – pero sabes que mi piso siempre estará disponible para ti si necesitas salir de allí o si necesitas que corra a buscarte. – sonríe y se voltea rápido para atender al joven que le llama.

Ella entra al auto, se coloca el cinturón y arranca el motor. No le digo nada y sonrió cuando nos volteados a ver ocasionalmente; es curioso cuando puedes tener la conexión ilimitada con alguien. Siempre será mi amiga. Lo único que le tengo que agradecer es que haya aparecido cuando más la necesitaba y que haya sabido quedarse.

LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora