LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR

CAPITULO LII

Oigan, pues antes de iniciar, me da muchísimo gusto saber que siguen leyendo, digo jajaja agradezco bastante sus comentarios y votos y espero no lo dejen de hacer eh? Por otro lado quiero que se tomen un tiempito para escuchar una canción, no es fundamental para la Historia, pero estoy segura os gustará muchísimo entonces, os dejaré el nombre y la escuchan. Me dicen que les pareció este capítulo eh? Nos estamos leyendo hasta el siguiente sábado, ahora un día por semana como anuncio parroquial, os quiero muchísimo y espero estén teniendo un buen fin de semana 🌈

Tompkins square park - momford and sons

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Es por eso que si me dejas, déjame bien. Que parezca que no me entiendes y que lo que digo es nulo para ti, que parezca que al final, esto no existió.

Anónimo.

La gente no se da cuenta, pero al final, el amor es una razón buena para arriesgar muchas cosas, sea lo que sea, dinero, familia, casa, carros, hijos, pareja. Al fin y al cabo es también una buena razón para que las cosas funcionen, para ser felices sin nada al rededor.

Cuando me casé con Paulina yo creí que el amor era la única razón por la que habíamos soportado tanto, la crítica, la rencilla, las venganzas absurdas, la separación, el des amor, el desconsuelo. Por qué ella había también, por amor soportado mucho; la apariencia, las mentiras de su familia todo lo que había pasado conmigo, la ansiedad, la incertidumbre, la cárcel.

Habíamos sido tan felices pero también tan desdichadas, habíamos sabido amarnos sin que nada ni nadie nos afectará; yo también sabía que ese mismo amor, que era lo que ella usaba para soportar todo, nos conduciria a una especie de tranquilidad después de nuestra segunda boda, hasta que di por sentado que ya estábamos bien, que estábamos lejos de todo lo que nos acontecía, hasta que di por hecho que ya tendríamos una vida normal donde las dos íbamos estar bien... Hasta que le perdí de nuevo.

Ese mismo amor que nos ha traído hasta donde estamos para dejarnos muy claro, que el amor lo puede todo.

Aún sigo pensando en si quiero que volvamos a México, juntas. Sacrificaría lo que sea para que ella estuviera bien y no le pasará nada, daría mi vida de ser necesario para que ella supiera que le amo, para protegerla de todo y de todos los que alguna vez le hicieron daño.

No quiero pensar en que tiene que regresar a poner a todos en orden a ser la cabeza de la familia, de una familia que se ha quedado totalmente devastada; de una familia que solo se importan ellos donde ella era la única que podía aguantar y soportar todo lo que le acontecía donde ella tenía que hacerse cargo de las apariencias.

No quiero que regrese al lugar donde muchas veces lloró de desconsuelo y de ansiedad al no poder ayudarles a todos. Por qué se ve tan bien sin eso, se ve con tanta paz dormida, se ve tan feliz ahora que sería muy egoísta de mi parte pensar en querer llevarle, a ser de nuevo la heroína del día y menos pensar en que ella no puede recordar que lo era.

Pero tampoco quiero pensar en que Bruno ha vivido sin su madre y que su familia desde que la dejó de ver no es la misma. No quiero ser la egoísta que solo la tiene lejos de todo y de todos ellos por qué también le necesitan y no quiero negarle a Bruno la oportunidad de verla de nuevo como ella en algun momento quiso ver a su madre una última vez para decirle que la amaba. No quiero ser lo que lo mantuvo lejos de su madre por qué sería muy egoísta. No quiero ser la puta egoísta de ambas partes por qué es cruel y pesado llevarlo.

Una lágrima cae mientras veo a Paulina dormir tan ligeramente como hace años no le veía con esa tranquilidad que me hace pensar en lo feliz que puedo ser solo viendo como tiene los labios o como su cabello está alborotado.