– mood ring – cannons ❤
Veía a María José vagar en si, muy lejos de si, a decir verdad; creía que aún estaba asimilando lo que estaba pasando pero eso solo me hacía pensar en cosas para distraerla, para que podamos estar juntas y para que ella se relajara. Eran las seis y media y ella estaba sentada junto al sofá que puse a la ventana, me había dado una ducha y cuando salí por la ausencia de ruido la vi perdida, de nuevo.
Me preocupaba.
– ¿a quién espías? – le dije desde el pie de la puerta
– a unos dos chicos que se van caminando en esa calle, se cogieron de la mano y reían sin parar, me llamó la atención – dijo despreocupada
Tenía aún la bata de baño y fui a donde ella para sentarme en sus piernas y acariciarle un rato.
Cuando ella se sentó correctamente para recibirme sacó una risita, no fastidiada y con hartazgo, si no de cansancio y de felicidad. Sin embargo esas dos palabras eran una combinación terrible y por supuesto yo sabía eso.
Acaricie su cabello mientras ella bebía la copa de vino, parecía ya haberse servido por lo menos dos y estar relajándose en este espacio; yo no sabía que creer.
– ¿quieres ayudarme a escoger el atuendo?
– ¿no tienes nada planeado? Joder, que hablando de eso yo no he bajado la maleta del auto. – me miró directo a los ojos, cristalinos y muy ajenos a mi.
Eran verdes oscuros y tenían un toque de amarillo, por la claridad de la luz con la bata que reflejaba precioso. Pero ella seguía perdida.
– ¿entonces?
– beberé esta última copa y voy contigo – tenía ganas de que dejara la copa y que viniera conmigo. Mi instinto conservador quería llevarla a la cama y allí hacernos lo que fuera.
– María José... – le susurre acariciando el borde de su blusa blanca manga larga de botones... – ¿en serio quieres beber esa copa? – empecé a desabotonar su blusa y se echó a reír...
– Mi amor... – dijo cuando me puse de pie, se quedó atónita cuando me quité la bata y sentí sonrojarme completamente. Pero no importaba. Estaba sedienta de ella como si fuera agua en el desierto o agua en el incendio, excepto que ella no me apagaba, si no todo lo contrario. Me arrodillé frente a ella que tenía la boca semi abierta, se inclinó un poco y mordí ligeramente su labio. La deseaba tanto, tanto...
Me beso delicada y con eso estaba hecho todo lo demás... quería disfrutarnos, quería que nuestros pies estuvieran en ese piso pero lo que sea que sintiéramos flotara. Estaba siendo muy romántica, bastante y posiblemente me iba a dar un sopetón. Pero tenía la certeza de que ella me protegería y que protegería mi corazón pasara lo que pasara.
– quítate la blusa – le ordené. Así lo hizo empezó a desabotonar cada pieza con delicadeza, los dedos, con el roce de los botones y la tela, me ponían loca, estaba totalmente mojada ya. El sostén de infarto, era blanco y con encaje, perfecto para su piel Morena. Tiro la blusa a lo lejos del sofá – mía... – le dije acercándome aún arrodillada ante ella. Pose mis manos en su busto y con besos húmedos fui bajando a su abdomen. Bajé cada tirante del sostén aunque ella, muy aprisa se lo desabrochó así que me dejó ver bien lo que me encantaba de ella.
Le di la suficiente atención a cada uno, chupe e hice que suplicara piedad hasta que en un falso movimiento toque su miembro. Más bien intencionado. Gimió tan alto y tan hermoso. Quite el cinturón y el botón... baje lentamente el pantalón. Se le veía de infarto, el trasero y las bonitas caderas que tiene. Pero solo pude pensar en que cuando lo vi lo quería arrancar si me fuera posible con los dientes. La braga "Uff"
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LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR
RomanceMe decían que es de tontos caer tres veces en la misma piedra, pero es que era una piedra sobre la que merecía caerse, resbalarse y hacerse herida. Parece que después de la boda de Paulina y Maria Jose todo está yendo bien. Hasta que...