CAPITULO XXI

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Han pasado los días, es día sábado; hoy es el día del bautizo del bebé de Elena, del pequeño patricio. Maria Jose y yo ya estamos listas por qué es en un rato.

Y aunque Elena le ha pedido que llegue temprano ella no quiere salir de la casa y parece que caída del cielo le da que Bruno no haya terminado. En la semana he estado muy paranoica, después de la amenaza, sobre que se la cobraran con alguien de mi familia; no puedo permitir que algo malo les suceda. Pareciera que quieren volverme loca y después de que han querido vengarse bastantes veces de mi familia no me sorprende nada que quieran ahora hacernos daño las carceleras, si somos unos especialistas en hacer enemigos... En especial yo.

Las medidas en la casa son diferentes por Maria Jose, que está muy tensa. Cuando voy al cabaret me va a llevar y a buscar, ha dicho que hasta que no pase esto ella seguirá de esa manera. Aunque no sé cuánto le durará el gusto, puesto que voy al cabaret en las tardes y ella aveces está trabajando. No puedo quedarme en casa por lo que he hablado con ella para que sepa dónde estoy siempre. A Bruno le ha pedido que "por favor" pueda reportarse siempre.

En unos días han pasado más cosas de las que me gustaría contar, Julián y Diego se han separado y está vez y como todas las anteriores es por qué Diego ha descubierto a Julián tirándose al otro sujeto. Creo que Oliver se llama. De cualquier manera a Julián parece no importarle y ahora vive solo. Diego y Elena siguen igual, ella lo apoya de una manera incondicional puesto que es el papá de su bebé y quiere lo mejor para el, aunque me ha dicho que se debate entre que es lo que tiene que hacer con Julián y con el por que lidiar con esa separación hace que ella quedé como la tercera en discordia.

Pablo y Elena nos han pedido que mantengamos la distancia de esto. La verdad no pensaba meterme, creo que tengo un problema más grande.

Hemos ido a ver a purificación y aunque dice que puede estar conversando conmigo normal no puedo evitar pensar en que fue la mujer que quiso matarme, es que es muy buena fingiendo. Aveces siento que las cosas fluyen de manera muy lenta y me gustaría acelerarlas lo más que pueda. Si tuviera el poder de acelerar o atrasar el tiempo lo haría, sin embargo son cosas que no podré hacer jamás en la vida. Maria Jose se ha vuelto más distante en lo que va de la semana y aunque ha dicho que no le sucede nada la conozco mejor que nadie para darme cuenta de que no es así, siempre fuimos más que una sola persona, la conozco tan bien que cuando algo le preocupa no puede dormir o no come demasiado. Como lo ha hecho en estos días. Ha dormido poco y hace cualquier cosa para evitar hablar de lo que sucede. Llega del trabajo y se va a la sala o en el living a trabajar.

He caído en cuenta de que nuestra misma rutina de siempre nos va matar pero quiero ser positiva, (se que no soy asi) pero trato de serlo. No puedo permitir que lo que me ha costado tanto tiempo construir se vaya a la mierda.

Por otro lado, el cabaret ha ido de maravilla. Un rayo de luz entre tanta cosa no me viene mal. He resuelto que nos quiten de la mira por las Scort aunque Marilú y las chicas siguen trabajando allí está vez sin los cuartos y sin nada tan ilegal. El lugar es un éxito por lo que estoy feliz. El trabajo para mí ha tenido algo de calidad y un poco más de movimiento por qué Julián ya casi no va al cabaret. No se que voy a hacer con ese muchacho.

- ya estoy listo mamá - Bruno viene hasta donde estoy. Viste un smoking azul con corbata. Esta muy guapo mi muchacho.

- ¡que guapo te ves Bruni! - lo a cerco a mi para darle un beso fuerte en la mejilla.

- ¡mamá, me dejaras labial! - me suelta, aunque sonríe ampliamente - tu también te vez muy guapa mamá - me abraza. Este niño ya está mucho más alto que yo... Mi pequeño Bruno.

- ¿Listos? - sale Maria Jose del corredor que se dirige a la sala. Suspira fuerte. Pero va hermosa. Tiene una falda color negra y una blusa manga larga verde esmeralda, con un saco negro a juego con la falda. Tiene el cabello perfectamente liso, sin mencionar que su labial rojo hace que se vea muy divina. Esta mujer quiere matarme.

LA CASA DE LAS FLORES: UNA HISTORIA PARTICULAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora