Parte 35 "Labios de corazón"

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A manera de chisme la escena que leerán en el estacionamiento la vi hace 3 años en mi imaginación, miren todo lo que me tomó llegar hasta ella.

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Él no era de admitir en voz alta que la esperó ese día, tampoco que lo había hecho de esa manera durante 3 días de esa semana, aunque no era un hombre prepotente y mucho menos presumido si estaba acostumbrado a que sus muestras de educación y caballerosidad surtieran un efecto en todo el mundo, pero sobre todo en las damas, sin embargo él estaba ahí sentado en el restaurante del canal a la hora habitual, comiendo solo.

Simona no había vuelto.

Tampoco se la había vuelto a encontrar en ningún sitio. Porque sí, él dos días atrás había estado caminando con Claire por el muelle y una parte de él, una ciertamente distraída y abstraída, había pensado que quizás entre la gente vería esa cabellera rosa, mientras Claire le hablaba y ambos compartían una bebida sentados en una mesa, él miraba a lo lejos entre la multitud, reparaba a cada uno, pero no había ningún cabello rosa, los había rubios teñidos, cenizas e incluso verdes, pero ninguno rosa.

Claire estaba entusiasta por una puesta en escena de una obra en un teatro no muy grande de Barcelona, llamado Goya, pero a ella parecía importarle y él la escuchaba, porque sólo una parte de él buscaba cabellos rosas, la otra estaba perfectamente atento al contenido de la conversación de Claire y a sus constantes coqueteos y jugueteos con sus dedos como solía hacerlo cuando eran novios.

Algo que sí fue afortunado es que durante el coito no había dicho el nombre de nadie, ni tampoco había pensado en cabellos rosas, no se perdonaría hacerle una canallada similar a Claire, aunque actualmente no eran una pareja y sólo compartían encuentros ocasionales cuando sus agendas iban en la misma vía, sin embargo la apreciaba y eso le parecía grosero.

Claire ya no mencionaba ese tema de esperar que él de repente cambiase de opinión y se hicieran nuevamente una pareja formal, agradecía eso, porque en ese instante Matthew Shepard no era apto para relaciones, le gustaba estar con ella, disfrutaba sin duda alguna su compañía y desde luego de la sexualidad, pero eso era todo, ellos no eran personalidades afines y además Matt no estaba en condiciones para el amor, no se podía amar a nadie cuando ya se estaba enamorado de alguien más, Rebecca seguía embarazada, él absolutamente decepcionado de ella y muy consciente que no tenían un ápice de oportunidad, sin embargo Matt no era mucho de mentirse a sí mismo, aun llevaba ese nombre inscripto en su sistema límbico.

Terminó su almuerzo y miró a ambos lados buscando de nuevo la cabellera rosa, no encontró nada.

Sus rutinas siguieron el orden de su itinerario a la perfección, no hubo ningún imprevisto, ni nadie que lo sacara de ese orden y eso estuvo bien, al menos controlaba su TOC. Una vez en casa preparó su cena con sumo cuidado y vio una película clásica, como acostumbraba cada noche.

El día siguiente fue igual, como todos sus días, porque Matt tenía rutinas para todo y le funcionaban, lo hacían ser bueno en su trabajo y tener una vida apacible que combinaba con su manera pulcra de ser.

Abril también combinaba con eso, era una excelente asistente que velaba porque todo estuviera en orden y a pesar que debido a su comentario él había juzgado mal a Simona no era algo que Matt pensara como malas intenciones o ineptitud de parte de su asistente, simplemente ella había hecho bien su trabajo, al que le correspondía no ser impulsivo e indagar mejor en el asunto era a él, ciertamente la joven de cabello rosa había cambiado posterior a ese evento, aunque había compartido esa charla amena cuando se disculpó parecía que no había sido suficiente.

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora