Parte 25 "No era un caballero, aunque lo parecía"

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Matthew no se describiría a sí mismo nunca como un caballero, había sido bastante indecoroso en muchas situaciones con diferentes damas, sin importar el afecto o no que tuviese con la misma; sin embargo quienes lo conocían y lo miraban de lejos sí podrían adjudicarle tal adjetivo, porque él siempre encontraba la forma correcta y gentil de comportarse.

En esa vía desde que Lindsay había salido de su casa él había permanecido con una zozobra que había perturbado su sueño, aunque Matt tampoco admitiría que las múltiples veces que se despertó tuvieran algo que ver con la pelirroja que lo había ido a visitar la noche anterior.

En ese momento se encontraba frente al espejo de su baño con el cepillo de dientes dentro de la boca, llevaba estático sin moverlo y mirando al vacío desde hacía un rato, él estaba pensativo, desde luego pensaba en la pelirroja, no en los muchos encantos que tenía, porque a esos él estaba casi convencido que era inmune, sino en los conocimientos que tenía de ella.

Aún se resistía a aceptarlo, pero estaba inquieto, Lindsay era una mujer depresiva y con un historial de intentos de suicidio que a él lo rondaba, no quería cargar con algo así en su consciencia, Matt era un hombre demasiado moralista y ético como para pensarse siendo responsable de algo semejante.

Esa mañana se condujo de forma monótona, haciendo las mismas actividades de cada día, con los tiempos estipulados en cada una, sin olvidar ninguna, pero era un autómata que seguía con esa pesadez.

Al medio día si cambio el plan, no fue a la mesa que quedaba en la zona izquierda del salón a tres mesas de la caja y a dos más de la ventana y tampoco pidió el menú de ese día que consistía en cosido español, en esa ocasión en lugar de dirigirse hacia allá a la hora habitual puso en el ascensor el botón que indicaba s1 o lo que era igual a sótano uno y caminó hacía su auto.

Se condujo al MACBA o lo que se traducía como "Museu d'Art Contemporani de Barcelona", Antón le había comentado que Lindsay había conseguido una vacante en el mismo museo que ella llevaba un tiempo trabajando en procesos de restauración, así que esperaba encontrarla y...

Ese era el mayor interrogante, no sabía qué más esperaba aparte de encontrarla, ni siquiera sabía qué iba a decirle por estar buscándola, porque no quería brindar expectativas equivocas, sin embargo él empezaba a medio aceptar que tampoco se podía quedar sin conocer su estado actual, esperaba francamente que estuviera a salvo y que su desencuentro no la hubiese llevado a pensar en locuras.

Caminó por el lugar sin atreverse a preguntar por ella, él no era un hombre tímido, pero si cauteloso y reservado con lo que acontecía en su mente, de no serlo la mayoría de la gente lo tomaría por loco, porque del contenido de sus pensamientos no estaba muy orgulloso.

Los pasillos de los museos eran lugares solitarios, aunque hubiese una que otra persona observando el arte, a menudo los encontrabas a abarrotar en temporada alta cuando los turistas se adueñaban de la ciudad, pero en esa época donde el otoño arribaba y dejaba atrás el verano no había muchos turistas dispuestos a quedarse para percibir cómo el frío reinaba.

Matt no sentía a Barcelona como un hogar, tampoco logró eso con Madrid, ni siquiera con Londres que era su lugar de nacimiento, el único lugar que consideró como eso fue su tiempo en Suiza, aunque muchos no pensarían algo así de un internado, pero sus compañeros y amigos se fueron volviendo una hermandad, quizás por eso buscaba a la pelirroja, pero a quien encontró fue a Antoniette que estaba frente a una pintura mirándola detenidamente.

Ella estuvo en la misma pose unos instantes hasta que se giró percatándose de su presencia, le sonrió y lo miró algo confusa.

-Matt -Le dijo con una sonrisa acercándose a él y besándole la mejilla. -¿viniste a recorrer el museo?

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora