Había terminado convenciendo a Biel y a Augusto de acompañarla en ese viaje, no fue algo que planearan, una mañana simplemente mientras fumaban mota se habían preguntado si a los aztecas les molaría más la coca o con qué se relajarían, y ahí estaban, con lo poco que podía caberles en una mochila y recorriendo Centroamérica.
De pronto de los Aztecas pensaron que no sólo debían ir a México, sino que arrancarían por Panamá, sentía que quien lo propuso era Biel, no recordaba exactamente, estaba muy viajada cuando lo hablaron, porque no sólo se habían metido mota, sino que había hecho un viaje con LSD, el caso terminaba en lo mismo y es que habían terminado cogiendo un vuelo a Panamá, ella los había invitado y no, no era del dinero de papá, era de su dinero como influenciadora, ganaba bien, aunque nadie creyera que eso podía ser un trabajo.
La universidad la había dejado a medias, después de todo lo que buscaba allí no era una titulación, sino proveerse de la experiencia y esa ya la había probado, en ese momento le pareció que viajar a Panamá molaba más y hasta ahora no se había arrepentido, no en el sentido propio de la palabra.
Pero lo cierto es que entre más viajaban hacia el norte la cosa se hacía más interesante, al menos para ella, llevaba tres semanas desconectada de todo lo que pasaba en Barcelona y del mundo en general, seguía subiendo contenido, pero era poco lo que revisaba las interacciones, más bien sólo subía cosas, cosas del viaje y poco o nada de ella en sí misma.
En Panamá habían estado en entre Boquete y algo llamado el Cerro Punta, habían acampado entre las montañas, a la mitad del camino habían terminado en el volcán Barú, habían caminado mucho y el cuerpo de Simona se quejaba más de la cuenta, pero ella lo ignoraba, ignoraba cada señal y sus amigos andaban tan viajados que ni se enteraban.
Lo que sí tenía claro de todo ese viaje, es que ni Panamá, ni Costa Rica eran tan legendarios, Biel opinaba lo mismo y a Augusto le daba exactamente igual, estaba más ocupado en andar drogo que en cualquier otra cosa, Simona, desde luego, no lo juzgaba, si alguien sabía lo que era que constantemente se quisieran meter en su vida, era ella.
A ella le había gustado Nicaragua y sentía que estaba bastante subestimado, pero básicamente la zona suroeste era como Costa Rica, sólo que más barato y más solo, se podía sobrevivir perfectamente con 10 euros diarios, lo cual era una locura.
Habían hecho senderismo por los volcanes y hasta kayak, además de lo que los había llevado ahí que eran las civilizaciones precolombinas y pudieron visitar petroglifos que datan del año 300 D.C. incluso en San José de San Marcos habían encontrado un águila con las alas extendidas y en Altagracia se habían encontrado con una piedra de sacrificios humanos eso sí que había molado a Augusto y no era para menos.
Lo malo había sido en Honduras y no porque los hubieran robado, que de hecho pasó, quedándose ella sin su cámara y también sin ropa y lo peor sin pasaporte, aunque en la embajada española les ayudaron con eso, pero lo malo no era el robo, eso era parte del paseo, lo malo es que ella nuevamente había ardido en fiebre, no les había dicho a sus amigos y su pastillero iba en su morral, así que tuvo que comprar algunas de las fórmulas médicas, otras no, porque eran restringidas y no tenía la receta del médico debido a que por su cuenta no iba a un médico en años, así que eso fue un inconveniente, ya que desde que la habían ingresado al hospital había retomado con la toma de algunos de sus medicamentos, María Antonia la había convencido argumentándole "calidad de vida", aunque no estaba segura que tomarse más de 8 pastillas al día brindara calidad de vida en absoluto.
Su malestar le había impedido bucear en el segundo arrecife más grande del mundo y eso no le gustaba, odiaba que su cuerpo fallara, sus amigos lo habían atribuido al robo, ella sabía que no, pero no los sacó del error, al contrario los animó para que ellos si fueran, a ver si lograban ver tiburones ballena.
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Una locura llamada Simona [Terminada]
ChickLitLas aventuras están siempre frente a tus ojos, sólo debes saber en dónde pescar. Su táctica: brindar sonrisas acompañadas de miradas pícaras. Su estrategia: colarse en todos los espacios de su vida y volverse su colorido secreto. Sus obstáculos: él...