Una locura llamada Simona [Terminada]

Parte 22 "Compartiendo soledades"

Matt sostenía una copa de whiskey en su mano, el favorito de Matthew siempre había sido el Bourbon, en general solía ser excesivamente ingles para muchas cosas, aunque él no era particularmente consciente de cuán tradicionalista podía llegar a ser, no le gustaba encasillarse, aunque todo en su personalidad terminaba reduciéndose a cálculos y mediciones de su extenso pragmatismo, reconocía sólo algunas cosas de eso.

De manera que su gusto por el Bourbon era una particularidad extraña, dado que en términos generales para que un whiskey tuviera esa denominación tenía que ser hecho en una zona especial de Estados Unidos, a William no le gustaba mucho el Bourbon, él era lo que se dice un inglés extremo, por lo que lo suyo era más ingerir escocés.

En sus buenos tiempos contaban con una bodega especial para almacenarlos, era algo delicado, dado que el aire era el enemigo de una botella de whiskey, una vez entraba en contacto con el mismo el sabor empezaba a cambiar.

La ubicación de la bodega también era importante, cualquier conocedor sabría que tendría que estar en un lugar fresco, pero a la vez seco que el sol no ingresara o lo hiciera muy poco, dado que con la luz solar el whiskey podría aclararse.

A diferencia de de los vinos -de los cuales Matthew no disfrutaba mucho-, el whiskey no debía almacenarse nunca acostado, porque si entraba en contacto con la tapa podría llegar a afectar los sabores y el sabor en un bourbon era fundamental, a Matt le gustaba mucho disfrutar del olor del mismo y saborear los matices dulzones y lo fuerte de la madera de roble.

Ahora no podía tener sus bodegas con whiskeys añejados de más de 50 años de edad, estos tenían un sabor muy peculiar, era parte de esos privilegios que extrañaba, había muchos, él nunca volvía a beber de una botella que ya hubiese sido abierta, precisamente porque perdía la calidad del licor que se oxidaba y su sabor cambiaba.

Pero ahí estaba bebiéndose una copa de un simple Jack Danields de 6 años, que ya había abierto con anterioridad, eran parte de los cambios que le había traído haber renunciado a la fortuna de su familia y aunque Matthew no solía quejarse mucho de dichos cambios, si repelía mucho el cambio del sabor en su whiskey, pero lo necesitaba, necesitaba ese trago y entender a dónde se había conducido su vida.

Y no se refería en sí mismo a la modesta vida que podía permitirse con su salario, porque a eso era más fácil acomodarse que al hecho de verse a sí mismo saliendo con su ex novia y evitándola desde entonces porque ella tenía expectativas que aunque él le dejó claro que no podría brindarle, ella igual se las había generado, o de saber que la mujer que si quería andaba engendrando hijos con el sujeto con el cual le fue infiel.

O el hecho de que su móvil estuviera sonando y le avisara que la llamada entrante fuera de Antoniette, una vieja amiga con la que compartía la saciedad de un encuentro sexual eventual o quizás un café, la verdad es que ellos dos solían compartir sus soledades, era un arreglo justo que ambos en su amistad de años habían efectuado, sólo que desde que Antón se encontraba en Barcelona trabajando en la restauración de arte esos encuentros se habían hecho más cercanos y él no siempre estaba para permitirle a alguien ese compartir de su soledad, le había pasado semanas atrás cuando Will lo había indispuesto con todo su descaro y cinismo, no toleraba esas demandas, no toleraba muchas cosas de William desde que había visto una de sus caras y lamentablemente cuando estaba así no era una buena compañía.

Ahora mismo no era del todo diferente, estaba procesando todavía los últimos acontecimientos de su vida, Matt no era particularmente una persona de darle muchas vueltas a un sentimiento, él era mucho más racional y sus interacciones de ese tipo siempre las las convertía en eso, incluso con Rebecca, sin embargo como todo estaba reciente si lo estaba asimilando para poder trascender a lo mismo, ya empezaba a dejar de esperar su divorcio, de todas maneras un hijo era vínculo mucho más imperecedero.