Se sorprendió levemente al verla sentada con su bento en la mesa de siempre, por dos semanas la había esperado y ella no había vuelto, así que ya no lo hacía, pero fue grato encontrarla y era difícil no reconocerlo porque sintió algo similar a la alegría.
-Veo que nuevamente tengo compañía.
-Y ya no te molesta.-Señaló ella- De hecho me extrañabas.
Era un poco desconcertante y hasta cierto punto molesto que exhibiera tal confianza en sí misma, pero lo más molesto no era ese atisbo de egolatría que demarcaba con su enorme sonrisa, sino que era verdad, así que simplemente se sentó.
-Ya definitivamente se fue el resfriado.-No lo preguntaba, lo afirmaba.
-No era nada.
-La fiebre siempre es algo, es una respuesta inmunológica, una defensa.
-O un saboteo.- Le dijo ella sonriendo.
-Puede ser.
-Hoy te ves muy apetecible.-Habló sin ningún tipo de pena, él arqueó sus cejas porque definitivamente no solía rodearse de mujeres que dijeran como si nada lo que pensaban, de hecho lo suyo era más rodearse de mujeres que callaban todo y suponían por él.
-Gracias.
-¿Y mi cumplido?- Ella bateó sus pestañas y eso le recordó a Rebecca, pero se deshizo de ese pensamiento, porque no tenía nada que ver la una con la otra, sólo era un gesto muy propio de mujeres coquetas y Simona lo era y mucho, mucho más que la propia Rebecca que a menudo era callada y distante.
-Ya sabes que eres una mujer bonita ¿para qué quieres escucharlo?
-Pues me gusta que me lo digas, no seas remilgado, dímelo, dímelo muchas veces, dímelo como la otra noche- Ella apretó los senos con sus manos juntándolos y él inevitablemente los miró y carraspeó.
-No soy usualmente así.
-¿Por qué no? A mí me gustó que me dijeras lo buenas que estaban mis tetas.
-Son muy bellas.-Afirmó él desviando la vista.
-Pues míralas entonces, que para eso están, para que me las mires.
-Eso se hace en otros contextos, no eres un trozo de carne que debe ser cosificada de esa manera.-Ella soltó una sonora carcajada.
-No me siento cosificada por gustarte, ni porque me mires las tetas, eso es más de ese tipo de mujeres que consideran que el sexo es algo que ustedes toman y que sólo las usan, yo no me siento así.
-¿Cómo te sientes entonces?
-Como cuando comes.-Él frunció el ceño a la vez que exhibía una sonrisa.
-¿Cómo es eso?
-Nunca andas comiendo y pensando que la comida es la que te anda usando.
-Simona la comida es un objeto inanimado.
-Pero algunos bien tuvieron vida.
-Haces que no quiera comer mujer.
-¡Come! Y disfrútate la comida.
Efectivamente fue algo que hicieron, ella comía con gusto, tampoco acostumbraba a rodearse de mujeres que lo hicieran mostrando tal apetito, ella ciertamente no tenía mucho que ver con sus patrones gustativos, pero sí, indudablemente a esas alturas estaba más que claro que le gustaba o no habría intimado con ella.
-Debo volver a trabajar.-Le dijo una vez terminaron de comer y ella asintió con jovialidad.
-Sólo admite que me extrañaste.
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Una locura llamada Simona [Terminada]
ChickLitLas aventuras están siempre frente a tus ojos, sólo debes saber en dónde pescar. Su táctica: brindar sonrisas acompañadas de miradas pícaras. Su estrategia: colarse en todos los espacios de su vida y volverse su colorido secreto. Sus obstáculos: él...