Hoy fue un día prolifero para la escritura, así que sin planearlo hice dos capítulos, como me suelo demorar tanto decidí subirlo de una vez, pero lean el anterior antes que éste.
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Estaba demasiado pensativo, no esperaba esa respuesta, ni siquiera sabía que lo había llevado a plantear algo así, había dormido poco esos días, se la había pasado dando vueltas en su cama y bebiendo más whisky del habitual, también comía poco, su filete de carne estaba casi intacto en el plato y ni siquiera se dio cuenta de la presencia del huracán rosa hasta que fue demasiado tarde, Simona tomó una de sus patatas directo desde su plato y empezó a masticarla sentándose con él y empezando a poner sus cajas de bentō del otro lado de la mesa, justo en frente suyo.
Eso lo hizo salir de sus cavilaciones y detallar a la chiquilla, hasta ese momento él no había caído en cuenta que no comía nunca nada de la cafetería, ella solía llevar sus propios alimentos siempre en esas cajas de bentō japonés, sus alimentos eran muy completos, veía que comía verduras, carbohidratos y proteína, pero siempre le daba una forma a su comida como animales o dibujitos.
-¿Dónde consigues esas cajas?-Preguntó curioso y a la vez porque era mejor dejar de pelear con ella sobre si se sentaba o no con él de manera atrevida, ya había entendido que era perder su tiempo y no le gustaba desgastarse, además ese día era mejor tener esa distracción que seguir dándole vueltas al mismo asunto.
-Los hago yo.-Él arqueó las cejas un poco sorprendido, no se imaginaba a ese caos andante cocinando.
-¿Los haces tú?-Repitió algo incrédulo y ella le sonrió.
-Obveo, no ves que comer es todo un placer, estos son bentō kyaraben.
-No estoy muy familiarizado con la cultura japonesa, así que no sé lo que los diferencia.-Le dijo honesto, ella ya había empezado a comer, así que notó que tragó rápido para poderle contestar como si le emocionara darle esa respuesta.
-Generalmente los kyarabe son para niños, porque tienen la forma y el diseño de personajes de anime, manga, videojuegos, animales o paisajes naturales para reflejar la temporada. Suelen ser de ayuda para las mamás, así los niños comen más felices.-Habló metiéndose más comida, eso también le llamó la atención a él, su apetito era basto, a menudo las mujeres con las que se codeaba no tenían tanto apetito, aunque ella no era alguien con quien se codeara -se dijo de inmediato.
-Me has dicho que no eres una niña. -Le señaló y ella se encogió de hombros masticando.
-Ya te dije que la edad es un estado mental, odio las categorías, si me gusta lo uso.
-Ojalá todo fuera tan fácil.
-Lo es, los complicados somos nosotros.
Matt pensó en eso, en su predicamento y en la chica que comía con ganas del otro lado de la mesa, era muy joven para entender que no todo era como ella lo planteaba, aunque incluso a su edad Matt había sabido que nada en la vida era fácil.
Él parecía más conversador ese día, pero en realidad estaba más ausente, lo había sentido más ahí con ella en ocasiones donde refunfuñaba y lo sacaba de quicio, lucía bastante distante, su mirada algo perdida y sin brillo, como circunspecto y cabizbajo, aunque le siguió hablando de la vida y lo complicada que era, ella lo escuchaba, lo hacía atenta sin dejar de comerse sus espárragos y de contestarle cuando lo ameritaba, pero no le gustaba verlo así, le recordó mucho el día que lo conoció, lo mucho que lo miró y fotografió y por qué en ese momento la cautivó, era como si estuviera roto y no es que necesitará ser reparado, pero sí sanar de lo que lo estuviera rompiendo, ella entendía de eso, lo había visto un par de veces.
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Una locura llamada Simona [Terminada]
ChickLitLas aventuras están siempre frente a tus ojos, sólo debes saber en dónde pescar. Su táctica: brindar sonrisas acompañadas de miradas pícaras. Su estrategia: colarse en todos los espacios de su vida y volverse su colorido secreto. Sus obstáculos: él...