Parte 30 "Entre más das, menos recibes"

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Se las había arreglado para volver su oficina un fuerte, al menos eso era lo que había dicho Simona al respecto y él estuvo de acuerdo, aunque no se lo reconoció en voz alta, le sonaba a algo un poco aniñado, pero era lo que era, una fortaleza medieval con muchas trabas para seguir, lo prefería así.

Estaba con las personas que necesitaba allí mismo, los demás interferirían y entorpecerían el trabajo, en cambio las dos damas en cuestión tenían ambas talentos que en ese momento le eran de utilidad, aunque las dos fueran antagónicas y Abril no dejaba de clarificarlo cuando podía.

Matt pasaba por alto los choques entre ambas, incluso sentía que Simona también lo hacía, aunque no se quedaba callada, si evitaba prolongarlos, sólo decía un comentario mordaz y a la vez inteligente que dejaba a Abril sin argumentos.

Él lo notaba y estaba bastante sorprendido con las habilidades de esa joven, nunca la habría creído con tantas capacidades, no sólo en torno a las ideas creativas que le había brindado, sino que ahora mismo estaba renderizando, aunque lo hacía muy mal sentada, tenía ambas piernas sobre el asiento, una recogida hacía su pecho y la otra doblada sobre la silla, parecía una escolar, además porque tenía una falda negra plisada que hacía totalmente indecorosa esa manera de sentarse.

Y no era como si Matt observara mucho sus piernas, porque realmente lo evitaba, pero era una de las cosas que Abril le había señalado y que Simona le había dicho que lo importante era lo que estaba en el computador y que quedara bien hecho, no las formas en las que ella se sintiera cómoda para efectuarlo, él no había podido contrargumentar nada, Abril sí, pero, la realidad es que ciertamente lo que importaba era el producto.

Abril también la había criticado por llevar lentes oscuros al interior de una oficina, a él le resultó curioso que lo prefiriera de esa manera, pero Simona le había dicho que la luz de las pantallas era como la del sol y que realmente se sentía cómoda de esa manera, repetía mucho esa palabra y ante los constantes ataques de Abril esta vez hacía su sombrero estilo boater negro.

Simona alzó la cabeza un segundo dejando de mirar la pantalla y bajó sus gafas por su nariz, posando su mirada directamente en Abril con su vestido ajustado y sus stilettos que marcaban un estilo tan característico en la joven.

-La ropa puede ser muchas cosas, algunas veces una expresión de tu identidad, otras simplemente algo que necesitas, el sombrero me ayuda con el frío, no sólo se trata de algo que te ayuda con el sol, pero por como veo todo, tú estás más interesada en mi estilo que en lo que hacemos.-Simona se encogió de hombros.

Matt por su parte observó todo en silencio, Abril desde luego no lo hizo, prácticamente contraatacó a Simona, quien ya había vuelto a tener su cabeza metida en la pantalla, la verdad no le interesaba mucho meterse en conversaciones de ese tipo sin sentido, sabía desde niña por el medio en el que se crio que la mayor parte de las apariencias eran alimentadas en su mayoría por mujeres, las mujeres no se vestían para sí mismas, ni siquiera para los hombres, lo hacían para las otras mujeres.

A Simona no le gustaba mucho eso, en ese sentido, como en otros tantos, se sentía como si fuera de Marte, porque ella sólo se vestía para ella y lo hacía por temas antes mencionados: comodidad e identidad, sus ropas no sólo hablaban de lo que ella era, sino que también tenían una función específica, así que lo que pensara esa joven no le interesaba mucho, le parecía una conversación muy banal, fijarse y compararse con otras mujeres, cuando en la vida todo terminaba siendo comida de gusanos.

Todo el rato que permanecieron allí Abril encontraba maneras de minimizar a Simona, tanto que al final Simona ni se molestaba en darle sus comentarios inteligentes, Matt por su parte no conocía ese lado de Abril, a menudo era una joven eficiente y él no era lo suficiente observador como para entender que esos ataques sólo eran la forma que Abril había encontrado de desacreditar a Simona, porque sentía su trabajo amenazado, le había costado llegar hasta donde estaba como para que una chiquilla, sin haber terminado sus estudios universitarios viniera a hacerle el trabajo y además a recibir los elogios de su jefe.

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora