Las fiestas navideñas llegaron y se fueron, para Matthew fueron como cualquier día, estuvo trabajando como lo hacía siempre, esas fechas le parecían inocuas, actualmente más que nunca, antes las toleraba, porque si bien no era creyente, tampoco llegaba a considerarse ateo y las había celebrado porque a su madre le interesaban, también a William y a Pauline le interesaban, ahora que no pensaba en intereses ajenos no tenía que engañarse pensando que de verdad tenía algún sentido más allá del comercial.
Simona le había dado un presente, también lo habían hecho Antoniette y Claire, a las tres las había visto a lo largo de diciembre y también de enero, con la última había terminado cediendo luego de su insistencia e incluso había ido a ver su obra como tanto le insistió y por una razón que no terminaba de entender había acabado en su nuevo apartamento en les torres de sarria, pero evidentemente una vez fornicaron lo dejó pasar y volvió a su casa, Claire no perdía oportunidad de amarrarlo y él no se veía con ella de novia de nuevo bajo ninguna circunstancia, de los errores se aprendía, al menos él lo hacía.
Evitaba darles cualquier tipo de expectativa a esas mujeres o a cualquier otra, de hecho se mantenía al margen de cualquier otra mujer, aunque sus colegas le habían presentado dos mujeres más, ambas muy bellas, una actriz y la otra abogada, pero él no era esa clase de hombres que buscará problemas, de hecho con las tres que salía le parecían una multitud, ni siquiera era consciente de en qué momento se había involucrado con tres mujeres, el mujeriego era Will, Matt era el reservado, nunca se consideró tímido, pero sí selectivo, no podía decir que eso hubiese cambiado, porque de hecho las tres mujeres en cuestión tenían cualidades y eran ante todo sus amigas, pero no planeaba meter una más a esa ecuación.
No quería reconocer en voz alta que su apatía también tenía mucho que ver con lo que se había enterado de Rebecca, ya no la espiaba, ni tenía dinero para invertir en eso, ni tampoco el interés, pero era fácil enterarse de esas cosas cuando la periodista en cuestión salía a licencia de maternidad y tú tenías que encargarte de eso, porque hacía parte de tu trabajo, igual ella era freelance, así que le delegó eso a Abril, pero el daño estaba hecho, porque él ya contaba con los conocimientos.
En lugar de perder tiempo pensando en cosas inevitables, más bien seguía trabajando con Gerard y Andre en su proyecto de streaming, Matt no lo sabía, pero a la vez era evaluado para un ascenso, Gerard llevaba meses buscando a su reemplazo, era la última encomienda que José le había dejado y desde hacía bastante tenía a Matt y a Andre en la mira, los observaba y los probaba, debía de dejar a alguien cualificado para asumir su propio puesto y marcharse a América a asumir el liderazgo de la BV en ese continente, pero si elegía mal quizás no podría irse.
José entre comillas lo había dejado en sus manos, porque la realidad es que en muchos momentos se aparecía y él mismo observaba y probaba, el candidato que su jefe prefería era aún un misterio, José era un hombre inescrutable en aspectos como ese, sólo decía lo que deseaba que el otro supiera y aunque Gerard era su mano derecha también a él se le ocultaba cierta información, José era cauto, un lobo viejo, de esos experimentados, líderes de la manada y eso lo hacía ser sabio, por algo tenía tanto liderazgo en España, pese a la competencia desleal del mercado.
En ese instante el lobo rodeaba la manada, pero al parecer ya no quería ser un observador distante, así que una vez Andre salió y tanto Gerard como Matt se alistaban para emularlo, José los detuvo a ambos y los invitó a una cena en su casa, Gerard no dijo nada, pero le bastaba los años que llevaba conociendo a su jefe para saber que los motivos no eran el streaming como lo estaba aseverando, sino observar en otros ambientes a Matthew, también era el favorito de Gerard para dejarle el puesto, no le sorprendía que a José le pasara algo similar.
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Una locura llamada Simona [Terminada]
ChickLitLas aventuras están siempre frente a tus ojos, sólo debes saber en dónde pescar. Su táctica: brindar sonrisas acompañadas de miradas pícaras. Su estrategia: colarse en todos los espacios de su vida y volverse su colorido secreto. Sus obstáculos: él...