Parte 47 "Un paso hacía delante y tres hacía atrás"

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Llevaba un rato sentada frente a su consola de play station 4 jugando Fortnite y por un rato, en realidad se refería a toda la tarde, porque ese juego solía ser de esos que enganchan, muchos detractores aseguraban que creaba dependencia y si bien, era cierto que desde que se había lanzado el año anterior, si había escuchado de casos de adicción, ella no lo adjudicaba al juego, sino más bien a que algunas personas no tenían vida, para ella jugar videojuegos era importante, pero tenía otros espacios de ocio, así que estaba segura que tenía que ver más con eso que con Fortnite.

Lo que más le gustaba era el formato de Battle Royal, era ciertamente el más conocido por todos los jugadores, pero no era la única modalidad, sin embargo ella no dudaba que tenía cierto atractivo enfrentarse a 100 jugadores en línea, que podían jugar en cualquier dispositivo, a ella le molaba la onda de sobrevivencia, todo el rollito de aterrizar en una isla, en donde tenías que buscar, recoger armas y materiales con los que construir parapetos, y obviamente no morir en el pinche intento.

Era un juego que tenía buenos gráficos, sonido envolvente, diferentes modos de juego, personajes, colaboraciones, en el modo Battle Royal, que era el que Simona más jugaba, le gustaba que las animaciones fueran súper fluidas, además de poder ir personalizando todo, eso lo hacía más atrayente, como que nunca se sabía qué coño iba a pasar.

Algunos moralistas tontos temían porque se trataba de andar matando y dando bala y cual había pasado con San Andreas habían cuestionado aspectos normativos, pero si es que no eran petardos, todo gammer sabía que cuando se juega un videojuego se entra a vincularse con las normas del mismo, pero todos eran conscientes que al desconectarse en la realidad se regían por otras reglas y ya estaba, así que para ella era tonta toda esa discusión.

Pero lo cierto es que si llevaba horas ahí sentada hablando por medio de sus auriculares a otros jugadores:

-¿Alguien tiene una escopeta que no sea táctica gris?-Interrogó a los chicos con los cuales jugaba.

Le estaban contestando cuando oyó que su vecina metía un grito llamándola, torció los ojos irritada porque estaba en lo mejor de esa partida, pero la pinche vieja condenada no dejaba de fregar, así que se quitó sus auriculares de mala manera y le abrió la puerta dispuesta a sacar a la piraña que llevaba dentro, porque otra cosa que Simona detestaba aparte de que le metieran la mano en la comida es que le interrumpieran un puñetero juego, así que más le valía a la vieja que se le estuviera incendiando la casa con el gato dentro o invocaría a satán para que le jalara las patas en la noche por hacerla perder.

-¿Qué quiere doña Clementina?

-Tú siempre con tus buenos modales muchachita- Simona resopló ante el comentario y torció los ojos.

-Cuénteme en qué puedo servirla- puso un tono condescendiente que pretendía amabilidad, pero le salía más falso que María Antonia tomando jugo de maracuyá.

-Ahí te buscan en el primer piso, muchachita insolente y no soy tu mandadera.

-Pues que nadie se lo pidió.-Dijo ella entre dientes.

Acto seguido comenzó a bajar los tres pisos y a cualquiera de sus amigos que le hubiera interrumpido el juego lo haría gastarle una pizza con peperoni, ya que tenía hambre y de alguna manera tenían que pagarle perder su partida.

Además del mal rato que le hicieron pasar con su decrépita vecina que era un mar de simpatía, ella le rehuía a esa señora y el fasti que la necesitaba ni se había inmutado en mejor llamarla al móvil, antes que pedirle a la hija de satanás un favor para ella.

Se le quitó levemente la molestia cuando vio de quién se trataba, así que medio le sonrió, pero salió más como una mueca que como una de sus sonrisas y él lo notó, así que sacó las manos de su saco y la miró interrogativo.

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora