Parte 1 "No te conozco, pero debería"

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Vivir en Barcelona era realmente algo delicioso y no era para menos, era una ciudad que lo tenía todo: playa, montaña y había algo en el aire que le transmitía magia, o quizás sólo se trataba que Simona era algo como la magia, fresca, sorprendente, alegre y hasta cierto punto misteriosa.

La joven muchacha infló una vez su goma de mascar, rosa, como su cabello y jaló la mano de Maria Antonia en dirección al mercadillo, había visto un reloj de pulsera vintage que costaba la mitad que uno de los cartier que la otra muchacha acostumbraba llevar, por lo que Maria Antonia hizo una mueca reprobatoria arrugando su nariz, ese lugar se veía mugriento, pero a Simona le gustaba meterse en cada sitio, ella solía decir que eran sus ganas de pescar aventuras, sin embargo a Maria Antonia y a sus camisas abrochadas hasta el último botón las aventuras no le iban tan bien como a su rubia amiga, al manos de ese color era su cabello natural, podía verse en sus raices porque el resto estaba muy rosa, demasiado rosa.

Simona tocaba los objetos del mercado, se probaba bufandas y reía, Maria Antonia sólo movía sus piernas de forma estereotipada en el mismo sitio deseando salir de ese lugar, la gente las miraba, pero más a ella que a Simona, era obvio la razón, desentonaba completamente con el lugar, su falda plisada, sus medias a las rodillas y sus mocasines eran la prueba de lo desencajada con todo aquello, Simona en cambio se camuflaba tan bien, ahora llevaba unos shorts y una camiseta de nirvana blanca, la cara de Kurt Cobain estaba estampada en toda la mitad y su cabello rosa caía por su espalda.

Maria Antonia amaba a su amiga, lo hacía, de no hacerlo no estaría en ese lugar, no obstante había momentos en que quería hacerle caso a su madre y alejarse de la influencia de Simona, para su madre era negativa, para ella... Para ella también, Simona la hacía faltar a clases de retorica y eso no podía ser positivo, pero por alguna razón nadie que conociera a Simona podría negarle algo.

Como si hubiese invocado a su madre ésta le telefoneo y no le quedó de otra que mentirle, odiaba mentir, no se le daba bien, siempre la descubrían, pero si le decía a su madre que andaba en un mercado de mala muerte no le costaría mucho adivinar que había sido arrastrada por Simona hasta ese lugar. La miró y le dijo:

-Ya está, nos vamos.

-No seas aburrida Toni, pero si apenas llegamos.

-Ningún Toni, Simona debería estar en mis clases de retórica, mi mamá lo va a descubrir.

-Tu mamá debería de comprarse una vida y dejarte vivir la tuya.

-No seas injusta, mi mamá sólo hace lo mejor para mí.

-Cariño- se le acercó a Maria Antonia envolviendo su bufanda alrededor de su cuello- deberías liberarte, estás muy apretada- y sin más empezó a bailar con una música imaginaria, así era Simona: vida, mucha vida.

Maria Antonia decidió que no valía la pena meterse en problemas por estar en una plaza de gente pobre con su amiga, de manera que sin más la dejó allí, la joven no pareció inmutarse y siguió tocando cosas, luego descolgó su cámara fotográfica Leica y empezó a fotografiar personas, si había algo que Simona disfrutaba era capturar la esencia de las personas con su artefacto, era como si una parte de sus secretos ahora le perteneciera. También le pasaba eso con los lugares, animales y objetos, cada cosa que capturaba en su cámara ahora no era tan ajena a ella porque una parte de ello le pertenecía.

Estuvo un largo rato caminando, hasta que se adentró en port vell y buscó un local que solía frecuentar, se sentó en una de las mesas ubicada en la terraza del local, la brisa llegaba del mar y le revolvía su cabello, se sentó allí un largo rato, hasta que algo capturó su atención, se trataba de un hombre que estaba sentado a tres mesas de distancia, de manera casi que inmediata se fijó en sus dos ojos grises, eran casi magneticos, pero lucían tristes, como si la vida hace rato los hubiese dejado, esa melancolía le llamó la atención y de forma casi inmediata le sacó varias fotografías, el sonido del flash lo alertó y se volvió a ella mirandola fijamente, pero eso en lugar de intimidarla y detenerla la llevó a sacarle una nueva fotografía mirándola de frente.

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora