Esa mañana no nevaba, aun así ella se había ido abrigada, no tenía muchas opciones, ingresó antes que los demás, así que no le sorprendió ver el rostro de Matthew desencajarse cuando la vio, era como si no la esperara, a pesar de lo que su padre había dicho y bueno, no podría decir que estuviera allí cumpliendo los deseos de su padre, evidentemente estaba ahí por él, por Matt.
De todas maneras eludió su desidia, ella sabía que no sería fácil, con él nada lo era, por eso era divertido, era su mejor desafío, sin mentirse Matt desde hacía algún tiempo era su motivación para despertarse y no le molestaba reconocérselo, no era como que él fuera todo en su vida, porque ella no era ese tipo de persona, Simona tenía muchas cosas por las que vivir, cada instante, de hecho, era para ella una razón suficiente para respirar, sin embargo él había hecho todo estimulante, aunque ahora mismo la mirara como si fuera una astilla en el culo, nada qué hacer, lidiaría con su ánimo, como muchas veces más lo había hecho, esto también era parte de su encanto.
-Hola- Le dijo algo cantarina, ya que él no la saludaba.
Pensó que no le devolvería el saludo, pero él no era descortés o al menos era una de esas mentiras que Matt solía contarse a sí mismo, de manera que le dijo un escueto "buenos días", como si ella se tratase de cualquier persona, Simona podría haber suspirado, podría, si no se tratara de ella, al contrario decidió sonreírle animada, sin embargo él no le devolvió la sonrisa y se sentó frío en su puesto sin determinarla más, como si ella fuera una desconocida y en parte para Matt de esa manera exactamente era.
Sí bien había compartido muchos espacios, él no sentía que la conociera en absoluto, para ella todo eso había sido uno de sus juegos, conocía a personas así, había lidiado con muchas a lo largo de su vida, gente que creía que el dinero los avalaba para jugar con las personas como si fueran hormigas, él jamás había hecho algo semejante, pese a las ventajas que le habían brindado sus apellidos, pero sí había muchos de su clase, personas que se sentían superiores a otros por tener el nombre que tenían, eso en el fondo lo había decepcionado de ella, eso, y el hecho de que era una embustera, como muchas otras y no había nada que Matt odiara más que las mentiras.
-¿Planeas no volverme a hablar nunca?-Preguntó ella.
No era como que él planeara algo, de hecho había intentado no pensar en eso, desgastarse con eso era perder su tiempo y a él no le gustaba perder el tiempo.
Al ver que él no contestaba, ella decidió acercarse e intentó tocarle el rostro, pero él se movió hacia atrás en su asiento con rodachines, lo que la hizo estirar su boca.
»Matt.- Él alzó la vista mirándola ante su llamado, al menos no la ignoraba del todo, ella se mordió su labio.-No entiendo por qué estás enojado.
Él rió, pero no fue la risa que a ella tanto le gustaba, esa parecía más una sátira.
-Seguramente no hay razones.-Expuso seco.
-No las hay.-Afirmó ella con cierta seguridad y algo de súplica.
-¿Ah no?
-Pues no.
-Claro, es algo que seguramente hace con constancia.
-¿El qué?
-Mentir, jugar, ser una mocosa malcriada. -Ella frunció el ceño.
-No te he mentido, tampoco he jugado y lo de ser una mocosa, ya hemos hablado que para muchas cosas me dices niña y para otras dices que ya estoy muy grande- ella se encogió de hombros restándole importancia a eso último.
-Me aterra su cinismo, seguramente crearse una vida y un nombre no la hace mentirosa, según usted.
-No hice ninguna de las dos cosas Matt, ya te dije por qué uso el apellido de mi madre, bueno al menos sin profundizar...-Ella suspiró porque de verdad no le gustaba hablar de sus padres. Él en cambio soltó un bufido de incredulidad.
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Una locura llamada Simona [Terminada]
ChickLitLas aventuras están siempre frente a tus ojos, sólo debes saber en dónde pescar. Su táctica: brindar sonrisas acompañadas de miradas pícaras. Su estrategia: colarse en todos los espacios de su vida y volverse su colorido secreto. Sus obstáculos: él...