Parte 16 "Ignominia e insensatez"

104 11 1
                                    

Había sido muy complejo deshacerse de Simona, de verdad era demasiado pegajosa y no entendía ni de indirectas, ni tampoco de directas, de verdad esa muchachita debía haberse escapado de un psiquiátrico, Matt no tenía otra respuesta para definir esa manera encimosa de ser y la insistencia abrumadora.

Había quedado con la cabeza grande después de esas escasas dos horas que había pasado con Antoniette y con él, Simona era tan desagradable que incluso Antón que era una mujer despreocupada lucía tensa y agobiada.

La única forma que había encontrado para deshacerse de ella era decirle abiertamente que tenía que trabajar y eso que los acompañó de vuelta hasta el canal, él quiso suspirar de la irritación que le generaba esa situación, sin embargo su excesiva educación no le permitía ser tan grosero como se imaginaba siendo.

Se sentía incluso patético estarse escondiendo de una cuasi adolescente, esperando varios minutos para salir de nuevo e implorar que no anduviera por ahí cerca y volviese a autoinvitarse a otro lugar.

Sin mentir miró a ambos lados de la calle buscando su cabeza rosada sólo con la intención de volverse a esconder de hallarla, jamás había tenido que hacer algo como eso, las mujeres normales a menudo comprendían de los límites que él les establecía, pero estaba convenciéndose que esa criatura no era una mujer normal, definitivamente llegaba a pensar que en serio se había escapado de algún psiquiátrico.

En tanto tiempo que Antoniette había salido con Matthew ese sin duda era para ella el día más extraño, no sólo le había mentido a la chica, sino que habían estado cual fugitivos, no podía negar que estaba algo tensa, no sólo por la noticia de su lugar de trabajo, sino por esa niña con una intensidad única y ahora Matt caminando como puma sigiloso.

Definitivamente debía calmarse, no quería empezar a esas alturas de la vida a ser una mini réplica de Anna, para ella siempre todos los problemas de ella habían sido tan sencillos, había tenido un hombre que era totalmente leal a ella, la amaba y no miraba a ningún lado, sin embargo siempre era con sus dudas.

En su caso no pasaba igual, pero de manera adulta estaba en una relación informal de sexo y con esa claridad en mente debía dejar los sentimientos de lado, eso se había dicho cuando vio a Matt después de esas tensas vacaciones en Japón, nadie la obligó, sólo ella y las ganas que le tenía al hermoso hombre que caminaba mirando de un lado a otro.

-Lo siento Antoniette- Habló abriéndole la puerta de su auto.

-No te preocupes Matt, es alguien que evidentemente no pensaba parar. Aunque no niego que si quede muy cargada. -Suspiro mientras se acomoda a en el asiento.

Él se rió y se rascó la cabeza, si era verdad eso tenía una cuota de carga, aunque a menudo solía reírse de todas las atribuciones que se permitía esa chiquilla, ellos dos, Antón en él eran de otra generación y evidentemente tenían unas formas de actuar muy disidentes a las que esa chiquilla mostraba sin miramientos y ningún tipo de vergüenza.

Se subió a su auto y empezó a conducir, notó de soslayo que Antoniette estaba tan afectada que estaba ingiriendo pastillas, bueno sabía que la chiquilla era densa, pero no lo sentía para tanto, sin embargo no hizo ningún comentario al respecto, no le parecía acertado señalarle a una mujer que estaba extrapolando la situación, a menudo las mujeres solían repensarse mucho las cosas, algo que para Matt era difícil de asimilar.

Antón sacó su móvil y le envió un par de mensajes a Francesco, el coordinador de las pasantes, él era quien debía hablar con las chicas antes que ella llegará, muy seguramente tendría que despedir a algunas y ver qué arreglos haría, pero deseaba relajarse, pues cuando acordó verse con Matthew llevaba más de 18 horas tras un lienzo y si volvía a ese lugar explotaría, ella sabía que habían canales y los usaría.

Una locura llamada Simona [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora