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En cuanto volvió a la cabina de control, donde el grupo la esperaba sin entender que estaba pasando, intentó cambiar un poco la expresión de su rostro, para no ser tan evidente, pero no tuvo éxito. Bianca era una mujer de cutis demasiado blanco, que en cuanto lloraba un poco, se notaba enseguida: las mejillas y la punta de su nariz enrojecida la delataban. En cuanto la vieron cruzar la puerta, la primera en preguntar fue Fanny.

—¿Qué pasó?

—Arrestaron a Bruce.

—¿Cómo? ¿Por qué? —preguntó Jim, acercándose a las mujeres.

—Confrontó al coronel Wilkins para no cumplir las órdenes de aumentar las descargas —explicó Bianca.

—Eso significa que podremos volver a casa —intervino Francis. Y al escucharlo, ella explotó. Lo miró un solo segundo, y haciendo a un lado a Jim, avanzó hacia él, dándole un empujón con ambas manos que lo hizo caer sentado en la silla giratoria frente al panel de control.

—¿Y qué pasa con Bruce? Que se pudra en un calabozo y lo sometan a un juicio marcial, ¿no? ¡Si tanto quieres volver a tu casa, te hubieras quedado allí y no hubieras venido, puto imbécil de mierda! —le gritó. ­—¡Haznos un favor a todos, y lárgate ya de una maldita vez!

Francis la miró como si hubiera perdido la cordura por completo, y en cuanto se apoyó de los posabrazos para ponerse de pie, Chris le asentó una mano en el hombro, como indicándole en silencio que no era una buena idea. Fanny también intervino, acercándose a Bianca para tranquilizarla.

—Ven conmigo, déjalo... —le susurró, sujetándola por los hombros con delicadeza. La condujo hacia la puerta y la sacó de la sala, rodeándola con los brazos. Una vez afuera, Bianca no pudo evitar soltar todas las tensiones acumuladas, volviendo a llorar.

—Lo siento mucho, he tenido una mala reacción —dijo, entre sollozos—. Solo que toda esta situación me supera.

—Tranquila, es entendible.

—Lo que está pasando con Bruce es demasiado injusto, él solamente quiere ser lo más humano posible, y están manipulando el proyecto sin importar las consecuencias físicas para todos.

—¿Y si hablamos con el coronel Wilkins, o quien sea que esté a cargo, y lo hacemos entrar en razón? —preguntó Fanny.

—Podríamos intentarlo, pero no creo que tengamos éxito. Por desgracia, estas personas están acostumbradas a que pueden avasallar a todo el mundo —dijo Bianca—. Hoy ya no podemos hacer nada, ni con el proyecto, ni con Bruce. Lo mejor será que vayamos...

No pudo terminar de hablar. Dos militares se acercaron a ellas y tanto Bianca como Fanny esperaron lo peor, sin embargo, los hombres ni siquiera las miraron. Se dirigieron a la puerta abierta de la cabina de control y apostándose a un lado, hicieron un gesto hacia quienes estaban dentro.

—Retírense, caballeros —dijo uno de ellos.

En cuanto todos salieron, cerraron la puerta de la sala, que volvió a trabarse con la cerradura inteligente.

—Oigan, ¿qué pasa con el proyecto? ¿Qué pasa con Bruce? —preguntó Bianca, pero los militares la ignoraron completamente, alejándose por el pasillo sin mediar una sola palabra.

—Bueno, ¿y ahora qué haremos? —preguntó Jim, con las manos en los bolsillos de su pantalón.

—No lo sé... solopodemos esperar —dijo Bianca, luego de dar un suspiro.


*****


Durante más de una semana, Bianca intentó visitar a Bruce en los calabozos —que solamente eran habitaciones sin ventanas y con una puerta de acero blindado— sin éxito alguno, ya que no le permitían la comunicación con él. Intentó por todos los medios posibles charlar con el coronel Wilkins, pero tampoco estaba disponible. De repente, toda la base se había envuelto en un hermetismo que no le gustaba en absoluto. Las investigaciones del proyecto también estaban suspendidas, al no tener científico a cargo que operara la sala de control, por lo que el grupo oscilaba de sus habitaciones a la cafetería, y de la cafetería a la sala recreativa todo el tiempo. Sin embargo, evitaban pasar demasiado tiempo en las salas comunes, ya que la vigilancia militar se había reforzado considerablemente, y ya no se sentían tan cómodos como hace unos días atrás.

Cuentos para ir a morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora