Capítulo 22
Nos adentramos en el castillo junto con el resto de la familia Cullen, a los cuales encontramos llegando también, seguidos de una pequeña comitiva de guardianes. Había algo que no me gustaba. Llegamos a la gran sala de la cúpula donde todos estaban reunidos, esperando nuestra llegada.
-¡Por fin llegáis! ¿Cómo te encuentras, Nadine? Me han informado del pequeño incidente ocasionado en la casa de la montaña.
-Estoy bien, gracias. –Respondí con rapidez a la pregunta del sonriente Aro.
-Me alegra oír eso, y hablando de gracias; os debemos nuestras más sinceras por lo de esta noche, hermanos. Carlisle, gracias a ti y a tu familia en nombre de todos nosotros.
-No hay de qué, Aro. -Respondió con algo de tirantez.
-Oh, por cierto, hemos capturado a alguien que os va a gustar. Jane, querida, trae al neófito.
A la orden del vampiro, la mujer chascó los dedos sonoramente haciendo que dos armatostes entraran con Ray sujeto, tratando de zafarse de sus rígidos miembros, sin suerte. Una vez estuvieron ante nosotros, empujaron al hombre, haciendo que quedara arrodillado en el centro de la sala. Uno de los guardias sujetó su pelo con rudeza, haciendo que nos mirara. Aparté la vista unos instantes, casi de forma instintiva ante el sobrecogimiento de la escena.
-Podéis matarlo en forma de venganza, o dejárnoslo a nosotros, pero morirá igualmente. –Habló Thomas desde su trono, con voz grave y serena.
-Para nosotros no es ningún placer matar a ninguna criatura, aunque se trate de una vulgar y cobarde rata.
Miré el rostro serio y molesto de Carlisle fijo en el vampiro, mientras los presentes me imitaban, atentos a la respuesta del rubio.
-Como deseéis.
Tras las palabras de Aro, este realizó un movimiento con la mano, indicando a sus guardias que se deshicieran de Ray de inmediato, ante nuestras miradas. Los dos hombres no le hicieron esperar. Agarraron con fuerza sus brazos, ofreciendo el honor al jefe, quien antes de dirigirse hacia la presa, habló a su compañero moreno, ofreciéndole los honores. Este aceptó levantándose con elegancia y dirigiéndose con lentitud hacia el neófito, sin apartar la vista de él.
Al llegar a su altura, Thomas agarró con fuerza su cabeza, y ejerció tal presión y fuerza a la vez que el cuerpo del que fue mi novio se desarmó en milésimas de segundo entre gemidos de dolor y desesperación.
Yo aparté la vista, aterrada por semejante espectáculo, cerrando los ojos, intentando distraer mi mente de los fuertes gritos mientras apretaba la mano de Carlisle.
-Un problema menos. –Susurró el moreno, limpiando los restos de carne y sangre coagulada de sus manos, regresando a su posición sin atisbo de alteración.
-Gracias, Thomas. Aunque seguimos teniendo un inconveniente serio, y lamento que sea así, Nadine.
-Ella no tiene nada que ver con esto. –Saltó Carlisle al instante de Aro hablar, adelantándose unos pasos, con tono de réplica.
-Cierto, pero hay algo que nos incumbe a todos; ella es humana. Nuestro secreto no debe ser conocido por ninguno de ellos, ya conoces las normas, Carlisle.
-Sabe demasiado, hay que eliminarla. –Habló Jane desde un lateral, mostrando un reflejo de satisfacción en su tétrica mirada.
Un segundo de silencio reinó en la estancia. Todos miramos fijamente a Aro, quien parecía deliberar en su fuero interno, hasta que dictó sentencia con aquella melodiosa voz de eterna despreocupación.
-Tenéis razón. Félix. -Invocó entonces, haciéndome estremecer en el acto.
A la orden del vampiro, observé temerosa como su subordinado se giraba hacia mí, dispuesto a atacarme, cuando Carlisle se cruzó en su trayectoria, empujándolo con gran velocidad, empotrándolo contra una pared.
Ese fue el comienzo de una batalla campal entre Vulturi y Cullen, que trataban de proteger mi petrificado y temeroso cuerpo, al igual que a su desesperado padre, ante los ojos pasivos de los tres jefes.
Sentí la angustia crecer por momentos, contemplando como Carlisle era golpeado contra toda la habitación con suma violencia, pero el punto en el que la agonía y el terror me sobrepasó, llegó en el momento en el cual Félix, agarrando al rubio por la cabeza, comenzó a apretar con saña, listo para arrancársela.
-¡No! ¡No, no, no! ¡Matadme a mí, por favor, pero no le hagáis daño! Por favor. –Grité con suma desesperación, aproximándome corriendo hacia Aro, arrodillándome ante él, sintiendo fluir mis lágrimas ante tal profundo horror.
El mentado, con un movimiento veloz de mano, hizo que el vampiro soltara a Carlisle, quien se puso de pie con algo de dificultad. No obstante, volvió a ponerse en guardia, rígido, ante cualquier nuevo intento de agresión de los Vulturi.
-Es apasionante... Extraordinario. Estarías dispuesta a dar tu vida; tu alma, por la de un vampiro, un monstruo condenado al infierno.
-Él no es para nada como vosotros, ¡qué sabrás de su alma! Él merece vivir mucho más que yo, aún siendo un vampiro ¡Eso no importa en absoluto porque es bueno!
-Bien, matadla entonces a ella.
-¡No! –Gritó el rubio, abalanzándose de nuevo sobre el guardia. Alice corrió al centro de la sala, gritando con rapidez a Aro.
-¡Se convertirá en uno de los nuestros, lo he visto! -La pequeña mujer se aproximó veloz al líder, tendiéndole la mano. Este la tomó rápido, concentrándose en los ojos dorados de ella para corroborar la historia, sumidos en un absoluto y tenso silencio.
-Está bien, entonces os haremos una visita para comprobarlo dentro de unos meses. –Finalizó mientras soltaba delicadamente la mano de la muchacha, y miraba a Carlisle unos instantes, para después fijarse en mí. –Volveremos a vernos, amigos. Siento el incidente, Carlisle. Ha sido muy desagradable.
Cuando terminó de hablar con aquel tono que, claramente, ni siquiera trataba de ocultar su cinismo, todos nos dirigimos a la salida con algo de lentitud entre la confusión y el mutismo más absoluto, marchando tras la joven rubia de ojos carmesí.
Lo que Alice había dicho aún golpeaba mi mente ¿Sería real y definitivo?
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Una nueva esperanza
FanfictionLuz en la oscura y trágica vida de una joven. Luz para un hombre que vive enfrascado en la eternidad sin remedio alguno. Cuando los caminos se cruzan, surge una nueva esperanza. CarlisleXoc