Capítulo 35

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Capítulo 35

Después de un par de días, cuando las cosas se hubieron calmado, Carlisle reunió a toda la familia en el salón una tarde de sábado, para contarles nuestros futuros planes de boda. Yo, lógicamente, me encontraba nerviosísima ante las reacciones que los presentes tendrían, sobre todo por la de Rosalie.

-¿Por qué estamos todos aquí? -Susurró la rubia, intercambiando una breve mirada con sus hermanos.

-Veréis, hijos, tengo algo que comunicaros junto con Nadine; algo muy importante.

Se hizo un absoluto silencio mientras el hombre suspiró sonriente, mirándome fugazmente, para de nuevo dirigir la mirada a sus hijos, atentos como nunca

-¡Suéltalo ya, Carlisle! –Rogó Emmett al instante, nervioso.

-Vamos a casarnos, y cuanto antes mejor.

Pasaron unos segundos en completo silencio hasta que Alice fue la primera en reaccionar, levantándose ágilmente para abalanzarse sobre los brazos del patriarca, mientras le comunicaba lo mucho que se alegraba por los dos. Comentó que había visto algo de aquello en sus visiones, pero no esperaba que fuera tan pronto.

-¡Felicidades! Por fin podré llamarte mamá. –Rió divertido el musculoso joven, a la vez que me alzaba en sus brazos, feliz.

-¡Es perfecto! ¡Me encantan las bodas! ¡y esta va a ser la más especial de todas! ¡Tenemos que empezar a organizarlo todo! Te ayudaré a buscar vestido, Nadine.

-Gracias, Alice, gracias a todos por tomároslo tan bien. -Dije con algo de cuidado, mirando a Rosalie en último lugar. Ella se acercó con mala cara hacia Carlisle y a mí.

-Felicidades a los dos, os merecéis ser felices. Y como sé cuanto la amas, Carlisle, y te debo todo lo que tengo, aceptaré la decisión.

-Gracias, Rosalie. Sabes que es muy importante para mí que seáis felices con mis decisiones también. –Habló el rubio, sujetando los hombros de la joven, mientras la sonreía con ternura y se abrazaban al instante.

Después de las enhorabuenas y eufóricos comentarios, el salón quedó despejado, quedando únicamente Carlisle y yo. Al fin pude sentirme relajada.

-¿Has pensado alguna fecha? –Pregunté, mirando sus brillantes ojos. Estaba más que feliz.

-Podríamos hacerlo el mes que viene; puede parecer muy precipitado, pero sabes que los chicos están deseando ayudar.

-Lo veo bien siempre que nos dé tiempo, ¿dónde nos casaremos?

-He pensado que podríamos oficiar aquí la boda, en el patio trasero ¿Qué te parece?

-Fantástico, tienes una casa preciosa; además así será muy intimo, me gusta la idea. -Contesté sonriéndole feliz, aproximándome a él para besarlo.


Pasadas varias semanas en las que no pudimos descansar apenas, preparando todo cuidadosamente, aunque de una forma veloz y eficaz que quitaba el aliento, llegó el día esperado.

Alice me despertó a las 8 de la mañana para comenzar a arreglarme, radiante de felicidad. En mí, de lo contrario, pesaban más los nervios que la ilusión. Nunca había sido muy de grandes reuniones con gente desconocida, y la familia Cullen tenía muchos amigos.

-¿Estás nerviosa? –Preguntó la pequeña mujer mientras me peinaba con gran habilidad.

-Claro, aunque creo que más al saber que dentro de poco mi familia y amigos estarán rodeados de vampiros, que por el hecho de casarme en sí.

Una nueva esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora