Una nueva esperanza

Capítulo 19

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Capítulo 19

Llegamos rápidamente sin mediar palabra al amplísimo dormitorio, donde yo me apoyé sobre una gran mesa rectangular. Carlisle se acercó, maletín en mano, sacando los utensilios que usaría, empezando a desinfectar mis heridas en un tenso silencio. Escudriñé su rostro, levemente rígido, haciéndome sentir fatal.

-Carlisle, lo siento. Yo...

-¿Qué pasa entre tú y Thomas, Nadine?

-Él se siente atraído por mí, eso dice. Y bueno, yo por él... Pero por lo que es, nada más. El otro día me besó antes de que tú llegaras. -Agregué con dificultad, sintiéndome miserable al vislumbrar de soslayo que apretaba la mandíbula.

-¿Por qué fuiste a buscarlo si sabes que le gustas?

Tomé aire, casi de forma entrecortada, centrando mis ojos en los suyos. Una marea de emociones estalló contra mí, pero un sentimiento se destacó entre todos, a la par que respondía.

-Carlisle, me duele que insinúes que le sigo el juego. Tú eres el hombre de mi vida, y no sería capaz de engañarte jamás. –Le confesé con semblante serio, aún centrada en sus ojos, para acto seguido seguir hablando tras un suspiro. -Si fui a buscarlo sólo era para decirle que mantuviera las distancias respecto a mí, y que te iba a contar lo que sucedió el día en el que me besó, porque me sentiría realmente mal si te escondiera algo así, no lo mereces. Puedo continuar yo sola. –Afirmé mientras apartaba el brazo y me disponía a salir de entre la mesa y el rubio, tranquilamente, cuando este me sujetó la muñeca, reteniéndome con suavidad.

-Perdóname, me sentí celoso al ver la situación y no saber qué ocurría. Juzgué sólo por las apariencias.

Contemplé el rostro arrepentido del rubio, fijando nuestras miradas la una en la otra durante unos instantes, hasta que suspiré con una leve sonrisa y me abracé fuertemente a su cuello.

-Te quiero, no lo olvides, Carlisle. Por favor. –Susurré sinceramente en su oído, sin romper el abrazo, mientras dejaba que su aroma y todo su ser me embriagaran, haciéndome olvidar lo demás.

-Y yo a ti, lo siento.

Tras sus palabras nos separamos levemente, uniendo nuestros labios en un pasional beso ante la mirada de su familia, que llegaba al lugar.

Abrí los ojos rápidamente al escuchar un sonido estridente proveniente de la calle, mientras me incorporaba con miedo. Miré el reloj, inquieta. Las 10 de la mañana ¿Qué habría sido aquel ruido? Asustada, me dirigí rauda a la ventana, llevándome la sorpresa de que nada extraño ocurría fuera, así pues me giré en busca de alguien en el habitáculo, pero me encontraba sola.

De nuevo volvió a escucharse un sonido semejante al anterior, y esta vez no pude quedarme allí quieta, dejando a mi mente danzar por la infinidad de pensamientos negativos que rondaban mi mente vertiginosamente. Ante tal tesitura, me armé de valor y salí fuera de la gran estancia en busca de alguien que me informara de qué ocurría.

En menos de 5 minutos llegué a la monumental sala de los 3 tronos sin haberme cruzado con nadie en el camino. Con ansia abrí la gran puerta encontrándome con todo el mundo congregado en un corrillo alrededor de dos jóvenes vampiros de ojos rojo sangre. Los presentes me observaron durante unos segundos, para después volver a centrar su atención en los muchachos.

-Carlisle ¿Qué ocurre? –Pregunté cuando este se posicionó a mi lado, de forma elegante y discreta.

-Han intentado atacarnos. Sólo hemos podido capturar a dos. Aunque está claro que esto lo hacen por despistar y ponernos tensos.