Capítulo 15

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Capítulo 15

Al cabo de una semana sin noticias de nada nuevo, volvió a ocurrir otro incidente sospechoso; otra muerte. Esta vez una joven de veintitantos, desangrada como aquel hombre del bosque.

El tema empezaba a ponerse serio, y la preocupación siguió aumentando cuando después de dos días hubo otro asesinato. Yo preguntaba a Carlisle sobre qué sabía y demás, pero lo único que me decía era que no me preocupara, ya que ellos se estaban encargando, pero eso me dejaba más inquieta aún.

Pasadas ya las dos semanas desde que salí del hospital, me incorporé al trabajo de nuevo totalmente recuperada, pero la intriga y la preocupación no me dejaban tranquila. Veía como algo no marchaba bien, toda la familia Cullen intentaba hacer de mi guardaespaldas de forma sospechosa. Era demasiado exagerado como para ser una simple precaución. 

Por más que preguntaba a cada uno de ellos no recibía información, ni siquiera por parte de Carlisle, y eso me enfadaba muchísimo a cada día y negativa transcurrida, así que la paciencia llegó a su límite y decidí rebelarme hasta que me contara qué ocurría de verdad.

Eran las 8. Había finalizado otro largo y aburrido día de trabajo. Al salir de la biblioteca encontré el Mercedes negro del rubio esperándome, para variar.

Suspiré resignada y me metí dentro del coche, pensando de dónde sacar las agallas para valentonarme ante Carlisle.

-¿Qué tal el trabajo? –Preguntó el vampiro mientras se inclinaba y me besaba fugazmente.

-Eso te pregunto yo a ti. ¿No deberías de estar allí?

-He pedido vacaciones para pasar más tiempo contigo.

Me mordí el labio inferior por dentro, tomando aire en un segundo para hablar sin pensar mucho, mirándolo.

-¿Por qué? ¿Y Alice? ¿Edward? ¿Emmett? ¿Todos ellos también? Por qué tengo guardaespaldas de sobra, y no me digas que no es así, ni que no pasa nada, Carlisle. –Solté la retahíla rápidamente.

El rubio suspiró girando la cabeza para mirarme con resignación y seriedad. Noté en su mirada un destello de culpabilidad.

-No quiero que te asustes, y es el motivo por el cual no te he contado lo que ocurre -me limité a mirarlo mientras la intriga me comía por dentro, el ansia que reflejaban mis ojos hizo que el hombre continuara-. Hay un aquelarre vampírico en contra de los Vulturi, que son como la realeza a la que debemos fidelidad en nuestro mundo, y a él pertenece el neófito que está asesinando a tanta gente. Ellos quieren quitarles el poder, y así hacer lo que quieran a sus anchas con un ejército para gobernar en el mundo y dejar la discreción. Yo soy quien tiene que dar parte a los Vulturi si ocurre algo, ya que estoy al mando de este aquelarre. Ellos saben quién soy yo, y quieren mantenerme callado para evitar que hable con ellos.

-Y ahí entro yo, ¿verdad? –Dije con un nudo en la garganta que intenté de rebajar al hablar.

-Ellos nos hicieron una visita. Me dijeron que no informara a los Vulturi, o mi familia sufriría las consecuencias, y me recordaron lo frágiles que sois los humanos; por eso somos tu sombra.

-Pero, si los Vulturi no se enteran...

-Lo harán, aunque no se lo digamos. Su trabajo es mantener a raya a los vampiros dentro de sus normas, y no fallan.

-¿Y qué se supone que vamos a hacer?

-Tendremos que irnos de aquí, a Italia en ayuda de los Vulturi. Se desatará una guerra si no acabamos con ellos y descubrirán nuestro secreto. Tendrás que venir con nosotros, si te quedas aquí, vendrán a por ti para vengarse.

Una nueva esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora