Capítulo 32
Al despertar a la mañana siguiente, tras una horrible noche en vela, me encontré sola en la gran cama de la habitación. En unos segundos volvieron a mi mente las imágenes de la noche anterior, y comprendí que Carlisle y algunos de sus hijos ya habrían salido camino de Volterra.
Los nervios y pensamientos llenos de miedo e incertidumbre no me abandonaron en todo el día, ni siquiera sentía ningún tipo de miedo por mi mísera vida, y no porque me acompañaran Emmett y Rosalie a todos lados, sino porque cualquier preocupación que podía ocupar mis pensamientos sólo tenía un nombre: Carlisle. Él y sus hijos eran lo que me inquietaba, saber qué ocurría, qué pasaría con Thomas realmente. Demasiadas preguntas para inexistentes respuestas.
Aquella misma noche, mientras los 3 estábamos reunidos en el salón frente a los móviles, totalmente en silencio, el del musculoso joven comenzó a sonar de forma alborotadora, sacándonos de nuestro estado de letargo.
El moreno en un movimiento casi invisible alcanzó el teléfono y comenzó a hablar con tensión, mientras nosotras dos lo observábamos con total atención, hasta esperar que terminara la conversación.
-¿Qué te ha dicho? –Preguntó la rubia, contemplándolo fijamente. Estaba claro que lo había hecho al ver que yo era incapaz de articular palabra.
-Han encontrado a Thomas y le han informado de la visión sin que se enteren los Volturi. Regresarán mañana en el primer vuelo que consigan. Estar allí es demasiado peligroso.
Después de las palabras de Emmett volvimos a respirar con tranquilidad de nuevo. Aunque, aún así, seguía sintiendo que había sido demasiado fácil despistar a los Vulturi y su exquisita comitiva.
Al cabo de unos minutos me despedí de la pareja de forma seca, y me dirigí a la habitación para tratar de dormir algunas horas, pero una vez entré en el cuarto y cerré la puerta tras de mí, alguien se abalanzó con gran velocidad sujetándome por la espalda, mientras presionaba con fuerza un pañuelo sobre mi nariz y boca, haciéndome perder la consciencia.
Comencé a abrir los ojos con lentitud y pesadez, tratando de incorporarme con calma debido al dolor de cabeza que me torturaba.
Cuando logré enfocar la vista me hallé en una vieja y sucia cabaña de madera, atada de muñecas a unos grilletes de la pared, que no me permitían ponerme en pie.
En la sala no me hallaba sola, puesto que dos guardias de los Vulturi se encontraban custodiando la estancia. Cuando vieron que había despertado, uno de ellos salió con rapidez, entrando minutos más tarde junto a Thomas y Aro.
-Vaya, ya has vuelto con nosotros, Nadine. Lamento que sea en estas condiciones en las que volvemos a vernos, pero así lo habéis querido ¿No crees, Thomas? –Preguntó el vampiro con seriedad y una sonrisa malévola, mientras observaba mi rostro, haciéndome temblar.
Tras unos minutos en los que el receptor del mensaje quedó mudo mirando el suelo con impaciencia, Aro volvió a hablar con serenidad.
-Esperaba que fuera esta tu contestación. En fin, Nadine, siento mucho que nos hayáis desobedecido, porque ahora tú pagarás las consecuencias.
Acto seguido, el hombre chascó los dedos e hizo que uno de sus guardias se abalanzara con ferocidad hacia mí, cuando Thomas detuvo la trayectoria interponiéndose entre él y mi temeroso cuerpo, comenzando una lucha desenfrenada que terminó en el momento en el que el otro guardia intervino en la lucha, y ayudó al vampiro a reducir al moreno, posicionándolo de rodillas frente a mí y el jefe.
-¿Cómo pudiste traicionarnos, Thomas? por el simple e inútil amor de ¡Una miserable humana! A tu familia, a nosotros, que te acogimos como uno más, y ahora ¿es así cómo nos lo pagas? Ya sabes cuál es el precio que tendrás que pagar por desobedecernos. Nosotros no podemos fallar. Dimitri.
Al pronunciar el nombre de su subordinado, este agarró al vampiro por la cabeza mientras su compañero se ocupaba de sujetar con fuerza sus brazos, ejerciendo fuerza opuesta para arrebatárselos.
No me dio tiempo siquiera a reaccionar, cuando tras un grito desgarrador que no pude evitar, el hombre quedo desmembrado ante mis atónitos y vidriosos ojos sin poder remediarlo, para después de unos segundos, comenzar a quemar en un rincón todos sus restos ante la mirada pasiva de Aro.
-Os dimos un ultimátum, sabíais las consecuencias y aún así nos desobedecisteis. No me queda más remedio. Acabad con ella. –Sentenció, para después salir de la sala y cerrar la puerta tras de sí.
En ese instante, los dos guardias se desplazaron vertiginosamente hacia mi dirección, mientras yo continuaba en estado de shock tras el brutal asesinato de Thomas, el cual me dejó realmente afectada.
Uno de los vampiros iba a morderme, cuando el otro le detuvo en un movimiento seco.
-¡Espera! Antes podemos divertirnos con ella, Dimitri. –Informó de forma sádica, sonriendo con malicia.
La respuesta de su compañero fue el mismo gesto, pícaro y maligno, para segundos después, acercarse ambos hacia mí con lentitud y arañarme con sus largas y perfectas uñas, provocándome dos grandes cortes; uno en el cuello y otro en la mano, fruto de mi fallido intento de protección.
Un miedo aterrador se apoderó de mí. Tan atroz, que ni siquiera luché por seguir defendiéndome; simplemente me paralicé dejando que las lágrimas de pánico fluyeran con ganas, más debido a la escena anteriormente presenciada, que a la propia situación.
En el momento en que uno de ellos se dirigía amenazante, lleno de un frenesí y locura hacia mi cuello, dispuesto a morderlo sin piedad, tres mujeres entraron con gran velocidad rompiendo un gran ventanal. El estridente sonido provocado llamó toda nuestra atención, y después todo sucedió muy deprisa.
Una de las mujeres, la más alta, rubia, y extremadamente bella, rompió mis cadenas de un fuerte golpe, liberándome de mi prisión, pero cuando me puse en pie todo lo rápido que pude, uno de los hombres se dirigió a mí sin vacilar, dispuesto a terminar con mi frágil vida.
El vampiro fue interceptado por una de las vampiresas, esta, de rizos dorados y más baja que la anterior, la cual me empujó apartándome con un leve pero rápido movimiento que me mandó volando al otro lado de la habitación, empotrándome contra una columna de madera, adornada con relieves que impactaron de lleno en mi cabeza provocándome un intenso dolor.
Sentí una fuente de calor, y un flujo líquido manar de mi dolorida coronilla de la que brotaba sangre. Comencé a sentir como mi vista se nublaba, dando paso a una inmensa y silenciosa oscuridad, hasta que dejé de oír y ver a mi alrededor.
¡Muchas gracias a todo el que lea!
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Una nueva esperanza
FanficLuz en la oscura y trágica vida de una joven. Luz para un hombre que vive enfrascado en la eternidad sin remedio alguno. Cuando los caminos se cruzan, surge una nueva esperanza. CarlisleXoc