only to him (you) | kookgi

Capítulo treinta y cinco (XXXV)

El cuerpo de Yoon-gi cayó al suelo, había empujado a su pareja colocándose delante de ella recibiendo el disparo.

— ¡No! ¡Yoon-gi! — se acercó al pálido. Cuando una pareja se acercó a ellos para ayudar, Jeon les habló. — No lo dejen solo, llamen a una ambulancia, y a la policia, por favor. — comenzó a correr detrás de las personas que estaban en la motocicleta. — ¡Hey! ¡Alto!

La persona que había disparado a Yoon-gi se volteó y disparó nuevamente dándole a Jung-kook en la pierna haciendo que caiga al suelo.

— Jung-kook...— logró decir Min con preocupación al escuchar el disparo mientras intentaba levantarse para ver a su novio.

— ...Tienen que venir rápido, al hombre que tengo junto a mí le dispararon en el abdomen y...No, no, por favor, no haga mucho movimiento.

— ...Necesito ver...que él está bien.

— Le acaban de disparar en la pierna...

Jeon se levantó cómo pudo y con dificultad volvió con su novio. — Yoonie, tranquilo, te prometo que vas a estar bien. — tomó la mano de este.

— ...Te...hirieron...— dijo entre quejidos.

— No es nada, no te preocupes por mí. ¿Qué hay de la ambulancia?

— Me dijeron que llegarán pronto, sólo espero que no se demoren. — contestó una joven mujer.

— Gracias.

— ...Kookie, tengo miedo...Me duele mucho, y...mi vista comienza a nublarse...— sus ojos se cerraban.

— Todo va a estar bien, resiste, por favor,.

— ...Si llego a morir,...quiero recordarte...que te amo...

— No vas a morir, Yoonie, no lo permitiré. — notaba que el pálido comenzaba a respirar cada vez más lento y sus ojos aún permanecían cerrados. — ¿Yoon-gi?— sintió que el agarre del pálido en su mano comenzaba a debilitarse hasta que finalmente lo soltó quedando su mano totalmente inmóvil en el suelo. — ¡Yoon-gi!...¡Yoon-gi!...¡Yoon-gi, háblame! — sus ojos empezaron a arder. — Yoonie...por favor...no me hagas esto...— lo levantó para poder abrazarlo.

No pasó mucho para que la ambulancia finalmente llegara.

— Nosotros nos quedaremos con las autoridades para explicarles lo que pasó, fuimos testigos, ustedes deben atender sus heridas. — contestó el novio de la chica.

— Gracias, de verdad. — agradeció Jeon antes de subir a la ambulancia.
junto a Yoon-gi. — Después se ocupan de mi pierna, salvenlo a él, se los ruego.

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La señora Park dejó la taza de té a la mitad en la pequeña mesa junto al sofá.

— ¿Sucede algo, querida? — le preguntó el señor Jeon. — Te veo preocupada.

— ...Siento que algo no anda bien.

— ¿Qué algo no anda bien? ¿Piensas que algo puede pasar con el vuelo de Ji-min y Ho-seok?

— Siento que algo pasó con uno de nuestros hijos, pero...no tengo muy en claro a quién de los dos.

— Parece que me has transmitido tu sensación, porque comienzo a sentirla. ¿Qué podrá ser?

— No lo sé, sólo espero que no haya pasado nada grave. — el teléfono comenzó a sonar por toda la casa.

— Yo iré. — dijo Ariadna antes de contestar. — Casa de la familia Park...Ah, señor Jung-kook. — la pareja prestó mucha atención al escuchar el nombre de su hijo. — ¿Qué sucedió?...Si, sus padres están aquí...¿Al hospital? ¿Por qué?...Ay, Dios mío...¿Cómo fue qué...Entiendo, cómo usted diga, señor Jung-kook, ahora nos dirigimos hacia allá. — terminó la llamada muy angustiada.