Capítulo ocho (VIII)

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A Yoon-gi se le cayó el celular.

— ¿Qué pasó? ¿Se murió alguien? -
— preguntó Jeon.

— Él que va a morir pronto eres tú si ella te llega a ver, entra.

— ¿Qué? ¿Quién?

— Sorn está viniendo hacia aquí, entra a la casa.

— Ni de chiste, me iré antes de que llegue.

— Esta muy cerca, te vera en pleno escape, sólo entra. — lo tiró del brazo para meterlo en su casa, tomó su celular y cerró la puerta.

— ¿Y en donde pretendes que me esconda? No, la pregunta viene a ser, ¿Por qué debo esconderme de esa chica?

— ¿Quiéres que cuando te vea conmigo en mi casa se le de por golpearte?

— Te aseguro que si ella llega a tocarme, yo la dejaré inválida en el suelo.

— No digas tonterías, sube a mi cuarto y quédate ahí, yo trataré de hacer que se vaya.

— No me jodas, Yoon-gi.

— Por favor... — se escuchó el timbre.

— Voy a terminar odiándote. — dijo entre dientes mientras se dirigía a la habitación del pálido. Yoon-gi le susurró un "gracias" y fue a la puerta para encontrarse con Sorn.

— ¿Te pasó algo?

— ¿Algo...cómo qué?

— Me colgaste de la nada.

— Ah, si, es que cuando me dijiste que estabas cerca me levanté rápidamente a acomodar mis cosas, estaba un desorden.

— Oh, okey, ¿Me dejas pasar?

— Si, si, adelante.

— Lamento no haber ido a la escuela esta mañana, pero pasó algo interesante. ¿Puedo dejar esto en tu cocina? — era una lonchera con comida.

— Si, claro. — ella se adentró a la cocina.

Yoon-gi iba a ir con ella, pero tuvo que aguantar un grito cuando vió a Jung-kook intentando bajar las escaleras. Min comenzó a negarle con la cabeza y señalarle que regresara a su habitación. Jeon rodeó los ojos y volvió a la habitación de Yoon-gi.

— ¿Interesante cómo? Lo de tu salida de hoy.

— Ayer cuando regresé a mi casa me hablé con uno de los amigos de Nam-joon por medio de Instagram.

— ¿Con Yeo-sang?

— Ah, si, ¿Cómo lo sabes?

-— En el parque me dijo que le interesabas. Un momento, ¿Me estás queriendo decir que no fuiste a la escuela por verte con él?

— Si.

– Maldita, podrías haberme avisado, me estaba preocupando por ti.

– Por eso te traje unas pequeñas brochetas de cordero para que me perdones.

– Qué astuta, gracias. Me encantaría comerlas ahora, pero la verdad es que estoy algo cansado, estaba pensando en hacer una larga siesta.

— Oh, yo quería tener una tarde divertida contigo.

— Entiéndeme, quiero dormir.

— Okey. Ah, ya que estoy aquí, ¿Puedo llevarme mi abrigo? — comenzó a dirigirse a la habitación de su amigo.

— ¿Cuál abrigo? — preguntó intentando ocultar su temor mientras caminaba detrás de ella.

— El que deje hace dos semanas en tu cuarto la última vez que me quedé a dormir.

only to him (you) | kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora