only to him (you) | kookgi

Capítulo veintiuno (XXI)

— Jung-kook. — dijo ella con enojo.

Los dos hombres se separaron y miraron a Jennifer, quién se tambaleó un poco y casi se estaba por caer al suelo.

— Jennifer. — Jung-kook y Yoon-gi evitaron que se cayera al suelo.

— Tienes que llevarla para que la atiendan. — el contrario la cargó.

— Por cierto, ¿Qué haces en el hospital?

— ...Tae-hyung tuvo un accidente en sus clases, se cayó del escenario, pero eso no importa, él estará bien, llévate a Jennifer. — Jeon asintió y se alejó de él.

Al rato, Se-hun se acercó a él.

— Listo, ya podemos acompañarlo...¿Qué tienes?

— ...Jung-kook estuvo aquí y...me besó...no pude evitar dejarme llevar, pero luego llegó Jennifer.

— Ay Yoon-gi...Vamos, últimamente hablar con Tae siempre te hace soltar aunque sea una pequeña sonrisa.

— Si.

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Después de que la hayan controlado, Jennifer y Jung-kook estaban saliendo del hospital dirigiéndose al auto de Jeon.

— ¿Me estabas siguiendo?

— No, me sentía mal y tuve que venirme sola, ya que el padre de mi bebé no estaba conmigo.

— Lo lamento mucho, pero por eso he decidido que vendrás a vivir conmigo a casa de mi madre.

— Sabes que a tu hermano y a Ho-seok nunca les agradé.

— Ellos fueron los de la idea y yo estoy de acuerdo con ella. Tranquila, te ayudaremos en lo que necesites, si no fuera porque estás esperando un hijo mío las cosas serían totalmente diferentes y lo sabes. Espero que ese desmayo no haya sido fingido sólo para arruinar mi momento con Yoon-gi.

— No he fingido nada, y si crees que no me duele ver que el padre de mi hijo se besa con un hombre es tu problema.

— Yo he sido honesto contigo, te dije que amo a Yoon-gi...

— Ahórrate tus palabras, no me lastimes más, con lo que vi ya fue suficiente.

— Lo siento mucho, pero a partir de ahora está es nuestra realidad y hay que vivir con ella.

— Pues yo no estoy de acuerdo, y no soporto verte con Yoon-gi, tampoco soporto saber que el día de mañana mi hijo va a tener que convivir con ese tipo.

— Habla bien de él.

— Ya, no hablemos de él. ¿Qué no entiendes que me duele? Jung-kook, yo volví desde París no sólo porque tu madre me dijo que lo hiciera, si no porque cuando supe que estaba esperando un hijo tuyo, vi la oportunidad de que tú y yo seamos felices por fin.

— Entiendelo, yo no volveré a estar en una relación contigo, olvídalo.

— ¿Cómo podría?

— Mira, ya vámonos. — colocó el auto en marcha.

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— Casa de la familia Park. — dijo Ariadna al contestar el teléfono.

— Hola, Ariadna, soy yo.

— Ah, señora, ¿Cómo le va?

— Me encuentro bien, gracias. ¿Cómo van las cosas por allá?