Capítulo seis (VI)

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Yoon-gi no comprendía la razón por la cuál Jung-kook lo había ayudado, pero estaba realmente agradecido.

— ¿Qué hacías pasando por aquí? — no pudo evitar preguntarlo.

— ¿Crees que te seguí? No te emociones, yo vivo por aquí.

— Ah...

— Eres un tonto, este es un vecindario muy jodido y alguien débil como tú no sobreviviría.

— Creo recordar haberte demostrado en la cancha de basketball que no soy débil.

— Esto es diferente, tal vez te sepas defender jugando baloncesto, ¿Pero en esto?

— Sé defenderme.

— No me jodas, si tuve que venir a salvarte el pellejo.

— Pero tú me salvaste porque así lo decidiste, yo esperaba que cualquier persona me ayudara o una oportunidad para defenderme solo. No que llegaras tú.

Hubo un poco de silencio hasta que Jeon habló. — Tal vez no soy tan malo como crees...

El ceño fruncido de Yoon-gi se calmó al escuchar eso. Jung-kook no miraba al pálido, pero a los segundos se volteó y se encontró con aquel rostro con una expresión de sorpresa. Kook aclaró su garganta.

— Bueno,...blah, blah, blah. No me agradezcas. No te confundas. Esto no significa que comiences a caerme bien, eres un paliducho inútil. Adiós. — comenzó a caminar.

— E-Espera...

Jung-kook giró para mirarlo. — ¿Qué quieres?

— Sé que no lo vas a hacer, pero no pierdo nada con intentarlo, ¿Podrías acompañarme?

— ¿Acompañarte a tu casa?

— No, sólo unas cuadras, pero si no quieres está bien.

Jeon desvió sus ojos dejando de mirar a Yoon-gi, pero volvió a hacerlo. — Ah. — rodeó sus ojos. — De acuerdo.

Comenzaron a caminar. Después de haber avanzado dos cuadras escucharon unos truenos advirtiendo que se acercaba la lluvia.

— Tendremos que darnos prisa. — habló Jeon avanzando más rápido y Yoon-gi comenzó a seguirlo. Caminaban acelerando la velocidad hasta el punto de correr, ya que las gotas comenzaban a caer con más fuerza cada vez. — Yoon-gi, ¿Que tan lejos es tu casa? — preguntó Jung-kook quejándose.

— Si quieres irte, házlo, puedo ir solo, gracias, y lo siento.

— Ya me hiciste llegar hasta aquí, terminemos esto de una vez. 

Finalmente llegaron a la casa del pálido quién abrió la puerta.

– Entra. — le dijo a Jung-kook quién ya comenzaba a retirarse.

— No, no entraré, me iré de aquí. — Min salió de la casa y comenzó a empujar al más alto al interior de su casa. – ¿Qué crees que estás haciendo?

— Sólo entra, maldición. — cuando el castaño estaba dentro cerró la puerta asegurándola con llave.

— Te dije que no iba entrar.

— Pero ya estás dentro.

— ¿Yoon-gi, eres tú?

En el fondo, Min se sorprendió nuevamente al saber que su mamá estaba en casa.

— Si, mamá, soy yo y...alguién más.

Ella vino desde la planta alta. — Oh, están muy empapados, Yoon-gi, tienen que cambiarse de ropa.

only to him (you) | kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora