Cerca del centro de la ciudad, dentro de un pequeño bar estaba pacientemente un castaño de ojos azules esperando a su mejor amigo.
Ryan había conseguido por las buenas de ir a verlo, la noche anterior su novia le había reclamado porque no pasaba tiempo con ella y se sentía culpable por tener que mentirle constantemente.
Al llegar algo agitado se sentó en frente de Spencer y dejo su bolso a un costado de la silla.
-Ok, aquí me tienes Spens ¿Que ocurrió? -indagó el joven de ojos avellanas-
Spencer sonrió y rascó su nuca, no era algo de suma importancia pero necesitaba desahogarse.
-Me gusta la profe -musita leve y con las mejillas sonrojadas-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Qué? -enarca una ceja incrédulo-
-¡Que me gusta la profe Ignarro, Ryan! -exclama algo irritado- ¿Que? ¿No escuchas? ¿O debo gritarte más fuerte?
Ryan frunce su ceño y hace unas señas con sus manos para que baje el tono de su voz.
-ya sé quién es la profe Ignarro -tapo su rostro ahora avergonzado por las miradas de las personas a quienes tenían a su alrededor- te decía ¿Que para eso me citaste acá? -frunce de nuevo su ceño- Tranquilamente me podías haber llamado o mandado un mensaje
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Spencer jugaba con su dedo marcando el contorno del vaso de su bebida.
-es que yo quería contárselo a alguien, y quién mejor que mi mejor amigo -musita en tono bajo, algo culpable-
-no sabes todo lo que tuve que pasar para venir hasta acá -cubria su cara con sus manos algo agobiado-
-ahora cuéntame -propuso el castaño de ojos azules-
Ryan abrió sus ojos.
-se supone que vine a escucharte -le dice algo sorprendido-
