"La pesadilla de Angeles"

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Narra Ángeles:

Había despertado abruptamente gracias a los rayos del sol que provenían de una ventana abierta y el ruido de una jauría de perros.

Me senté en la cama y observé mi mano que sudaba, hasta que me dí cuenta que algo en mi estaba mal. El cuerpo me dolía y tenía un leve dolor de cabeza. Observé por adentro de la manta que me cubría y note que estaba totalmente desnuda. Me cubrí más de la cuenta para no resfriarme.

-asi que ya despertaste, duermes demasiado -escuche una voz muy particular que me llamaba-

De pronto irrumpe en la habitación Brendon también desnudo, sin nada que cubra su formido cuerpo. Tapé mi rostro sonrojado ya que este mostraba su pene en todo momento.

-¡Brendon! ¿Que haces así? -dije alertada y lo señale con terror de lo que mi imaginación me daba a entender-

-solo estoy buscando mi ropa para tomarme un baño -contesta tranquilo- tú deberías de hacer lo mismo

Me sentí intimidada y agudice mis sentidos olfativos para oler dentro de las sábanas dándome cuenta que tenía un gran olor a sexo y vacelina. Con razón me dolía el cuerpo.

-¿No viste mi ropa interior? -pregunte atemorizada-

Brendon frunció su ceño.

-¿Búscate por debajo de la cama? -me señala con una leve sonrisa y fue cuando noté que mi braga estaba atrapada en su cabello revoltoso-

-¡Está en tu cabello Bren! -alerte sin darme cuenta que había elevado mi voz-

Brendon río por lo bajo y se la quitó de su cabeza para aventarmela.

-tal ves se me quedó ahí cuando meti mi cabeza adentro tuyo anoche jeje -se rascó la cabeza- no me di cuenta hasta el momento.

-tal ves se me quedó ahí cuando meti mi cabeza adentro tuyo anoche jeje -se rascó la cabeza- no me di cuenta hasta el momento

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Me coloque al menos mi braga y volví a cubrir mi cuerpo.

-Angy, necesito que talles mi espalda -sugiere con una sonrisa traviesa- ven, no me hagas esperar...

Abrí mis ojos y mis mejillas ardieron ¿Cómo era posible que yo hiciera tal cosa pervertida?

-¡Apúrate! Por favor, que me congelo el trasero -ordeno con ímpetu el moreno-

Me sentí avergonzada y sabia que debía hacerle caso sino se pondría peor de mañoso.

Así que para hacerle caso me puse pie y tome la sábana para cubrir mi cuerpo y no entrar desnuda con él.

-¿Es solo tallar no? -pregunto inquietantemente-

Él solo se ríe y al voltearse para verme, enarco una ceja.

-¿A dónde vas vestida así? -inquiere saber y jala de mi sábana para desnudarme por completa- así está mejor -contesta y me toma de la muñeca para arrastrarme hacia el pequeño baño-

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