-Harry necesito un gran favor -menciona una azabache en voz baja hablando por el movil, cuando él muchacho acepto, ella le pregunto- ¿Podrías recogerme en tu coche? Necesito ir a un lugar en específico, y no le digas a Garrett please.
Mientras Garrett terminaba de pintar la habitación donde sería su nuevo despacho de trabajo, Michelle se las arreglaría en escabullirse de su pareja para ir con su hijo y Ryan a la casa de su ex suegra con ayuda de su cuñado.
Garrett había aparecido de repente justo en el momento que ella se estaba preparando formalmente para salir, ya se había maquillado y puesto unos adornos y su cartera en mano.
-¿A dónde vas tan sexi amor? -inquirio saber Børns-
-Voy a salir a dar un paseo, vuelvo tarde. -ella no lo miró, no quería caer en su trampa-
-pense que en estos días la íbamos a pasar genial a solas... pero desde que se fue Alex estás más distante y me evades para no compartir momentos conmigo.
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-bueno, pintar una habitación no es parte de "compartir momentos contigo" o ¿querías que te ayude a pintar? Me hubieras pedido ayuda si necesitabas un ayudante -sugirio y le restó importancia, tenía un porque no quería hablarle- yo tengo mis razones...
-¿Cuáles son? -pregunto en seco el joven de pelo largo- no te he hecho nada.
-a mí no pero ¿que tal a nuestro hijo Alex? -volteo y le arqueo una ceja indignada- ¿pensaste que estaría tranquila sabiendo que mí bebé está en otra casa? ¿Pensaste en mis sentimientos y en los de él? Claro que no, siempre tu eres la prioridad... no eres el Garrett del cual me enamoré -solto de repente con mucha impotencia, él solo la observaba- te vas a quedar solo por su egoísmo.
Garrett pone sus ojos en blanco y suspira.
-vale, voy a llamar a Ryan y que nos devuelva a Alex antes de que termine la semana. -acoto el Børns tomando su móvil y mandando un mensaje- pero tú también eres egoísta... Que conste
Michelle se le plantó en frente suyo pasa enfrentarlo directamente.
-hice muchas cosas por ti. ¿En qué soy egoísta?
-Ryan es el padre de Alex y le estás negando su paternidad. Algún día deberás decírselo a Alex quieras o no, no podrás ocultarlo siempre. -le contesto con sus fundamentos Børns-
-Alex es un niño que va a cumplir 6 años. Estás demente. -ella no quería escucharlo y empezó a empacar más cosas como abrigo y unas galletas- y antes de que Ryan y tú estén peleando por la paternidad de Alex, él es mí hijo. Es mío, no de ustedes. -decia con lágrimas en los ojos- espero que antes de que termine el domingo lo tenga aquí en casa.
Michelle salió encabrobada, tener lejos a su hijo la ponía tensa. No podía dormir relajada sin tener a su hijo en casa. En esta ocasión decidió usar unos lentes oscuros para no evidenciar sus ojeras.
