"Valentía"

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Narra Alex:

Un ruido hizo que despertara abruptamente. Miré hacia la puerta que estaba abierta y era mamá, parada en el umbral de la puerta que dividia mí cuarto con el pasillo. Ella estaba enfadada y cruzada de brazos.

-Levantate Alexander -ordeno, mire la hora en mí reloj y apenas eran las 8 AM, no tenía pretenciones de quejarme pero me levanté con pesadez en los ojos y me senté en mí cama- Ve y lavate los dientes y duchate.

-Levantate Alexander -ordeno, mire la hora en mí reloj y apenas eran las 8 AM, no tenía pretenciones de quejarme pero me levanté con pesadez en los ojos y me senté en mí cama- Ve y lavate los dientes y duchate

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Ella aún seguía ahí esperando a que le hiciera caso, busque ropa casual y mis tenis pero más me dolía verla así, indiferente hacia mí. No me miraba con aquellos ojos de ternura, era una mirada de desprecio o enojo.

Salí de mí habitación y fui al baño. Escuché como también le ordenaba a Leah y a papá. Después de bañarme estaba mí madre con un secador de piso esperando que limpie.

-Ten, limpia lo que has ensuciado. -me entrego el secador y no sabía que cara poner, seguramente esto era parte del castigo que me implantó-

Ni siquiera había terminado que justamente entra Leah con una canasta de ropa sucia y utiliza el lavadero del baño para fregar su ropa.

-¿Y a ti porque te castigaron? -le pregunté a Leah que estaba a mí lado fregando la ropa mientras yo limpiaba los pisos del baño de la casa-

-culpa tuya. Porque te escapaste a media noche y mamá supuso que yo sabía y me castigó pensando que fui tu cómplice -me contestó un poco enojada- ahora me dejaron sin televisión, mamá suspendió Netflix y el internet. Gracias Alex -me dijo sarcástica-

-bueno, pero en todo caso me tenía que haber castigado severo a mí, no a ti. -le hago saber-

-mamá es muy astuta ¿tú crees que la tomarias de mensa? De plano no terminaste en un internado católico. -dice mí hermana, seguro estaba molesta-

-aparte tu no miras Televisión, no te quejes. Te hubieran prohibido los libros -me burló de ella-

-Ustedes dos no peleen. -interfiere mí madre y pone en el lavarropas más ropa sucia-

Mí madre no me miraba con cariño como solía hacerlo, ni siquiera quería verme a los ojos. Aún no he visto la reacción de mí Papá pero seguramente estaba igual y Leah, ahora soy un problema y una carga para todos.

Cuando terminé de limpiar fui a la cocina y mí madre estaba en su laptop con el semblante serio.

-¿Mamá?

-estoy viendo cómo hago la transferencia de colegio, hace mucho tendría que haberlo hecho. -menciona y no me mira, solo toma su café-

Yo me senté a su lado y en verdad estaba muy arrepentido de hacerla enojar ayer, no quería que me odiará.

-mamá ya entendí el punto y te pido perdon. No volveré a desobedecerte. -le digo con total sinceridad-

-no importa cuántas veces me pidas perdón Alexander. Mí desición está casi concreta.

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