Capítulo 52.

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He tardado la vida otra vez... compaginar el último año de universidad y esto no es muy fácil, lo siento 😓

Para compensar un poco esta falta de capítulos, en una semana subiré el capítulo 53, que ya está casi escrito, y el 54 por fin será la lección de baile 😏

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No podía creerlo, al final siempre terminaba cediendo a todos los malditos caprichos de He Tian.

Acababa de salir de trabajar, y pese a sus deseos de irse a casa a descansar, ahí estaba de nuevo, montado en ese maldito ascensor y elevándose entre todos los pisos del enorme edificio en el que el alfa vivía, arrastrado otra vez por su infinita insistencia.

Estaban uno frente al otro, apoyados en diferentes paredes, en completo silencio. Los ojos de Guan Shan miraban hacia todos lados, a excepción de a Tian, más no pudo evitar extrañarse al notar el pesado silencio que se estaba formando entre ellos, pues no era usual que el moreno estuviera tanto tiempo callado. Curioso, miró hacia arriba para comprobar la razón de tal calma, arrepintiéndose al segundo de haber tomado esa decisión, y es que ese maldito alfa lo estaba mirando con una tierna sonrisilla dibujada en su rostro.

Desvió la mirada de inmediato, sintiéndose terriblemente avergonzado e incapaz de soportar la extraña calidez que se extendía por su pecho. Mierda, ¿por qué tenía que quedarse viéndolo de esa manera? No era la primera vez que lo hacía y definitivamente lo odiaba, se sentía extraño, casi vulnerable. Ni siquiera recordaba cuando sus falsas muecas adoptaron ese cariz tan puro e íntimo, pero vaya que le ponía inexplicablemente nervioso... pese a todo, no se atrevió a comentar nada.

Cuando llegaron al último piso, el ascensor se abrió y ambos salieron del aparato. Guan Shan detrás de Tian, quien sacó las llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta del apartamento, aquel espacioso y vacío penthouse al que el omega se había ido acostumbrando con cada visita.

- ¿Qué tienes en el frigorífico? – preguntó Guan Shan una vez dentro, tratando de descubrir qué tipo de plato tenía pensado prepararle.

- No lo se – respondió sin importancia mientras encogía sus hombros.

- ¡¿Haah?! ¿Me has engañado solo para traerme aquí? ¡No pienso prepararte nada!

Claramente se cabreó, si Tian realmente lo había engañado para llevarlo a su casa y obligarlo a cocinar no tendría problemas en mandarlo a la mierda y largarse.

El alfa rodó los ojos.

- Cierra la boca y siéntate ahí – le señaló la silla alta frente a la isla que había en medio de la cocina – ya te he dicho que voy a cocinarte, idiota, aunque todavía no sepa qué, esto no estaba en mis planes.

Mo iba a replicar, pero prefirió no hacerlo, al fin y al cabo, que el alfa se animara a cocinar para él todavía le resultaba algo imposible de creer. Como pocas veces hacía, obedeció sin rechistar las palabras del mayor y se sentó donde le habían indicado, frente a él para controlar cada una de sus decisiones.

He Tian sonrió satisfecho al ver que Mo le hacía caso y sin borrar su mueca de felicidad, se deshizo de su elegante chaqueta, dejándola colgada en la silla al lado del omega. Quedó únicamente con una camisa negra, una que se ajustaba a la perfección a su moldeado cuerpo, apretando justo donde debía hacerlo para resaltar su ancha y musculada espalda, pero sin resultar demasiado pequeña. Seguido, desabrochó los botones de sus mangas y las remangó hasta la mitad de los antebrazos, volviendo a abotonarlas después para evitar que le molestaran al cocinar. Inevitablemente, Guan Shan no perdió detalle de sus movimientos, prestando especial atención a como sus firmes antebrazos quedaban apresados por esa fina tela. El movimiento tenía un punto de erotismo que lo atrapó unos instantes, más al percatarse de lo que estaba haciendo, apartó la mirada y se reprendió a sí mismo por permitirse distraerse con algo tan estúpido como eso. Tan solo esperaba que Tian no lo hubiera notado, y así parecía ser, pues sin comentar nada este se giró hacia el congelador en busca de algo que pudiera servirle.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora