Capítulo 23.

5.6K 541 176
                                    

Había pasado más de media hora desde que esperaba al pelirrojo y se le estaba agotando la paciencia, ¿dónde cojones se había metido? Como hubiese tenido el valor de quedarse dormido iba a matarlo...

Para asegurarse que estaba en camino marcó su número y lo llamó por teléfono, pero nadie le respondió así que volvió a intentarlo dos veces más hasta que este lo descolgó.

- ¿Qué?

La voz al otro lado de la línea sonaba molesta y Tian frunció el ceño al escucharla, él era el que realmente estaba molesto y no Guan Shan.

- Llevo esperándote media hora y todavía no has aparecido ¿dónde estás?

Se oyó un chasquido de Mo.

- Que te jodan, he cambiado de opinión y paso de ir a ningún lado. Voy a apagar el teléfono y a seguir durmiendo.

El mafioso sintió hincharse la vena de su frente.

- Como me cuelgues pienso rastrear tu teléfono hasta encontrar tu casa y darte la paliza de tu vida, así que más te vale levantart-

Colgó.

Tian apretó el teléfono entre sus dedos. Por el bien de Guan Shan más le valía que se arrepintiera por lo que acababa de hacer, no tenía problemas en cumplir su amenaza y no era la primera vez que rastreaba a alguien.

Le daba un minuto de margen para que rectificara.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Mo daba vueltas en la cama, pensando en las palabras que el moreno le había dedicado y maldiciendo entre dientes. Mierda, ahora ya no iba a poder dormir, capaz lo creía de aparecer en su puta habitación.

¿Qué cojones iba a hacer ahora? Maldito He Tian.

- ¡Aaaaagh!

Frustrado, se levantó de la cama y agarró el teléfono para mandarle un mensaje al alfa confirmándole que estaría ahí en veinte minutos.

"Te quiero en 10, y ni se te ocurra ir de chándal"  fue su única respuesta y el pelirrojo gruñó.

"¡Y una mierda! No me da tiempo y no tengo otra cosa"

No recibió respuesta y a regañadientes, se levantó de la cama para ponerse un pantalón negro algo viejo y una camiseta del mismo color, era lo único que tenía que no fuera de deporte.

Pese a las advertencias de Tian, el omega caminó tranquilo hasta la casa de este, llegando varios minutos más tarde de lo que le había dicho. El moreno le esperaba fuera, apoyado en su coche y con cara de pocos amigos.

- Llegas tarde, sube al coche ahora mismo.

- ¿Dónde vamos?

- Sólo móntate.

Shan bufó con molestia y entró sin poner resistencia.

.

.

.

- ¿No tenías algo más decente que ponerte? –preguntó el moreno observándolo de reojo para no perder detalle de la carretera.

- No – respondió cortante y sin poder dejar de mirar el interior del auto. Le fascinaba lo increíblemente lujoso que este era, nunca en su vida pensó siquiera en tener la posibilidad de admirar de cerca un coche de tal magnitud, y sin embargo ahora estaba en uno de estos.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora