Capítulo 37.

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Holaaaa!! Bueno, ya regresé después de un mes de puro estrés en la universidad así que me alegra volver a tener tiempo para escribir, y esta vez sin presiones y con ganas renovadas 😊😊😊

Ya agradecí por individual pero lo hago de nuevo, muchisisimas gracias a aquellas personas que me dieron ánimos y me apoyaron con todo este tema 💕💕

Oh por cierto, durante el capítulo va a aparecer el nombre de una calle de China... ni idea de cual es realmente, tan solo busqué en Google Maps y fue la primera que encontré, por si a alguien le da por buscarla también que sepa que el nombre es sin más, no tiene nada que ver (????)

Ale ya está, os dejo leer.

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- Vale – susurró.

- ¿Hmm?

- Lo haré.

Una pícara sonrisa se extendió por el rostro del alfa, quien ahora estiró los brazos en el amplio sillón, demostrando una sensación de poder que obligó al pelirrojo a tragarse sus maldiciones.

- Entonces ven aquí – bajó sus ojos para señalarle el lugar; entre sus piernas – no te preocupes, prometo no tardar mucho.

Despacio y desconfiado, el omega se acercó a él, quedándose ahí de pie, sin moverse ni saber cómo reaccionar.

- ¿A qué esperas? Agáchate.

El pelirrojo se mordió la lengua y reuniendo las fuerzas necesarias para hacerlo, obedeció, acomodándose en el borde del sillón. Sentía el calor que ese hombre desprendía, posiblemente adrede con la intención de excitarlo también, sin embargo, no podía sentirse más asqueado por la situación. Le temblaban las manos y el verse de rodillas frente al alfa le hacía sentirse tremendamente humillado y vulnerable.

- Cuando quieras...

"No quiero, no quiero hacerlo"

Claro que no quería, toda su vida había rechazado ese tipo de situaciones y ahora se había metido de cabeza en ella. Con desgana, apartó sus verdaderos deseos y colocó su mano vacilante sobre la entrepierna ajena, muy delicadamente, temeroso de sentir más de lo que tanto asco le ocasionaba.

- Vamos, no seas tímido – le apuró con su acento extranjero, colocando su mano sobre la del pelirrojo y presionándola sin vergüenza sobre su miembro a medio endurecer – aaah, mucho mejor.

El bailarín ahogó un grito y apretó los dientes, conteniendo así las ganas de apartar la mano y golpearlo hasta hartarse. No podía hacer eso, quizás sí cuando tuviera el dinero y la deuda saldada, pero no ahora, así que se tragó su magullado orgullo, cerró los ojos con fuerza y empezó a masajear ese trozo de carne por encima de la tela, todavía tembloroso, recibiendo placenteros suspiros del otro, suspiros que lejos de parecerle eróticos le revolvían el estómago.

- Te ves muy tierno, me gusta tu inexperiencia – Guan Shan trató de hacer oídos sordos – no puedo evitar sentirme culpable al sentir que me estoy llevando parte de tu inocencia – bromeó en tono lascivo y en contraposición a sus palabras, claramente satisfecho por lo que estaba logrando.

- Cállate – murmuró sin poder aguantarse y el alfa arqueó las cejas con sorpresa, más no le tomó mucha importancia.

- Bien niño rebelde, ¿por qué no lo sacas ya y me tocas con esas lindas manos tuyas?

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora