Capítulo 39.

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Holaaaaa ya vuelvo a estar por aquí y con una mini sorpresa: hoy habrá dos capítulos en lugar de uno 😊 esto se debe a que al acabar de escribir el 39 me di cuenta de que era mmmmmuuucho más largo de lo habitual, así que he decidido dividirlo en dos y subirlos a la vez (aunque el segundo será un poco más corto, pero bueno algo es algo ¯\_()_/¯)

Ale ya está, a leer.

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Primer día.

Tras la partida de He Tian, Mo Guan Shan apenas pudo dormir en lo que quedaba de noche. Tenía sueño, sí, pero su cerebro insistía en rememorar una y otra vez lo acontecido horas atrás. Una maldita tortura en la que multitud de catastróficas posibilidades se presentaban ante él bajo la misma pregunta:

¿Qué hubiera sido de él si Tian no hubiese aparecido?

Quizás se hubiese quedado sin dedos, se hubiese desmayado de camino al hospital o simplemente al final lo hubieran matado... sea cual fuera el frustrado destino le aliviaba que ninguno de estos se hubiera dado.

Toc toc

La puerta sonó y al segundo se abrió, sacándolo de sus pensamientos.

- Señor Mo.

Su enfermera acababa de entrar, una omega de unos 40 años a la que había visto varias veces durante la mañana. Esta cargaba en sus manos una bandeja de comida.

- ¿Cómo se encuentra? ¿tiene hambre?

- Un poco – respondió este sin más.

- Me alegro – le dedicó una sonrisa cálida mientras ponía la bandeja en una mesita plegable y la subía al regazo del pelirrojo – asegúrese de comer bien, necesita reponer fuerzas. En un rato volveré para cambiarle las vendas – le avisó antes de despedirse y dejarlo a solas de nuevo.

El estómago del omega rugió al oler el aroma que desprendía la comida a través del plástico, así que rápido quitó la tapa de la bandeja para descubrir un plato de fideos, dos filetes y una pieza de fruta.

Frunció el ceño, quizás la pinta no fuera la mejor del mundo, pero tampoco estaba en posición de exigir nada, así que agarró los cubiertos y se llevó los fideos a la boca, saboreándolos, descubriendo para su sorpresa que no estaban tan malos como imaginaba.

Comió tranquilo, en silencio, y estaba por terminar el filete cuando su puerta se abrió de golpe, sobresaltándolo.

- ¡¡Pelirrojo!!

Guan Shan arrugó el rostro con molestia y murmuró un "mierda" por lo bajo. Había pasado la mañana en calma, pero ya había tenido que aparecer el idiota de Jian Yi para jodérsela.

- ¿Cómo estás? He venido nada más salir de trabajar.

- ¿Y para qué coño vienes?

- Para hacerte compañía – respondió natural mientras dejaba su chaqueta en el perchero – He Tian me dio la dirección. Me dijo que estabas muy solo y que viniera a vigilarte en su lugar.

Mo rodó los ojos, ciertamente eso sonaba a algo que el alfa diría.

- Estoy bien, ya puedes largarte...

El rubio hizo caso omiso a sus palabras y sin pedir permiso lo abrazó efusivamente, pillando desprevenido al pelirrojo y casi tirando el pequeño mueble al suelo.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora