Capítulo 51.

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Hola buenassss, que tal??? Espero que todo bien pese a ese último y fatídico capítulo (de hace más de un mes xddd). Bueno, de todas formas, el capítulo de hoy y los que vendrán a continuación se alejarán de todo el drama y serán más amenos y divertidos, que creo que hacen un poco de falta :)

Ah, avisar también de que le he puesto nombre a la jefa de Mo, así que si leéis por ahí un personaje llamado Shui es ella. Hasta ahora no le había dado nombre porque en principio no tenía en mente recurrir a ella tantas veces, pero bueno, al final mis ideas a veces varían y pues xddd supongo que aclararé su nombre en los pasados capítulos cuando tenga el suficiente tiempo para revisarlos... y eso, que ya os dejo leer, espero que os guste :)

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Doce del mediodía. Guan Shan se encontraba a las puertas del restaurante, a punto de entrar a su puesto de trabajo. Tras varios días sin hacer nada, volver a caminar entre las mesas y los clientes le daban al omega una pequeña dosis de motivación, además de una buena excusa para mantener su mente ocupada e ignorar lo que había sucedido en el club con She Li, y con todo lo que le rodeada en general. Perder su mente entre platos, cubiertos y estrés era lo que más necesitaba en ese momento.

Nada más entrar al local, Shui, su jefa, lo interceptó y fue a recibirle con una radiante sonrisa dibujada en su rostro.

- ¡Mo!

Al verla, el pelirrojo relajó su siempre arrugado ceño. Incluso se sentía agradecido de volver a verla.

- ¿Qué tal? ¿cómo te encuentras?

- Ah... bien... - dijo simplemente, queriendo evitar el tema de su salud y estancia en el hospital lo máximo posible.

- ¿Seguro? Tian me dijo que tuviste un accidente en casa.

Mo arqueó las cejas con sorpresa. Así que ese idiota ya se había encargado de poner una excusa por él...

- Sí, no te preocupes, no fue nada – dijo de la forma más desinteresada posible.

- ¿Y tu mano?

La voz de la mujer sonaba genuinamente preocupada.

- Todavía duele un poco, pero está bien.

- Bueno, ten cuidado de no forzarte demasiado, y si necesitas ayuda pídela – volvió a sonreír ampliamente – me alegra que estés de vuelta.

Tras un apretón amigable en el hombro del omega, se marchó rumbo a la barra donde siempre solía estar mientras manejaba papeles y cuentas por las que Shan nunca se llegó a interesar.

Rápido se puso el delantal negro y cogió todo lo necesario para empezar a atender. Varios de sus compañeros lo saludaron con amabilidad al verlo, sin detenerse un segundo en su ajetreado trabajo, y Mo, simplemente les devolvía el saludo con la mejor cara que era capaz. Nunca creyó que algo así pudiera pasar, pero aquel trato cada vez se le hacía menos ajeno, más sencillo de comprender y sobrellevar, y vaya que le gustaba.

La primera hora pasó rápida pese a los inconvenientes que traía tener dos dedos rotos a la hora de apuntar pedidos o llevar bandejas, no obstante, todo estaba yendo bien, a menos hasta que...

- ¡Pelirrojo!

El llamado se quedó congelado. Esa voz que taladraba sus oídos no podía ser otra que la de Jian Yi, y el muy idiota tenía que llamar la atención de todo el mundo a su alrededor con sus malditos gritos. Por pura inercia frunció el ceño.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora