Capítulo 14.

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     Eran las 9.50 de la noche y Zheng Xi lucía impaciente. Había reservado mesa en un lujoso restaurante para celebrar su tercer aniversario como pareja y el idiota de su novio todavía no terminaba de prepararse. A este paso llegarían tarde.

- Jian Yi ¿te falta mucho? – preguntó, esperando apoyado en el marco de la puerta que daba a la calle

- Nooo, ya está – canturreó el aludido mientras salía de la habitación colocándose la chaqueta. - ¡WHOAAA! Xixi estás muy guapo.

El castaño se cruzó de brazos y lo miró de forma seria reprendiéndolo por su tardanza, pero los ojos brillantes del omega al verlo vestido con el traje nuevo lo derritieron. Suspiró derrotado y esbozó una pequeña sonrisa.

- Tú también, estás precioso.

- ¡Xixiiii!

Emocionado, el rubio se lanzó hacia su pareja y rodeó el cuello de este con sus brazos. Sabía lo mucho que a Zhan le costaba decir algún piropo, así que siempre que lo hacía no podía evitar sentir que moría de felicidad.

- Oye, no te cuelgues de mí, tenemos prisa.

- Pero me gusta cuando me halagas... anda, bésame – exigió con una sonrisa infantil, muy cerca de su rostro.

- ¿Hah? No seas pesado, vamos a llegar tarde por tu culpa. 

El rubio hizo un puchero ante la negativa y el castaño rodó los ojos en señal de hastío, sabía lo que pretendía con eso, hacerle sentir mal para conseguir lo que quería... y el muy desgraciado lo había logrado.

- Aagh, está bien.

El alfa tomó el rostro de su pareja con ambas manos y juntó sus labios en un cálido y suave contacto que hizo a Yi jadear, derritiéndolo de placer.

- ¿Contento?

- ¡¡Mucho!!

- Bien, entonces vámonos ya.

Con una sonrisa de extrema felicidad, Jian Yi se enganchó al brazo de su novio y juntos caminaron hasta el lugar, llegando unos minutos más tarde de la hora acordada. 


Nada más entrar se quedaron plantados en la entrada: Tian estaba cenando solo al fondo del restaurante... Había cientos de establecimientos en la ciudad y justo tenían que coincidir en el mismo, eso era mala suerte. Sin embargo, este estaba de espaldas y no pudo verlos, un punto a su favor.

No tenían nada en su contra, tan solo querían una velada a solas, sin caras conocidas que los interrumpieran, y era por todos sabido que el idiota de He Tian iba a ir a joderlos si los veía.

- Buenas noches ¿han reservado mesa? – preguntó un simpático camarero

- Sí, a nombre de Zhan Zheng Xi.

El camarero comprobó la lista de clientes y asintió.

- Perfecto, acompáñenme.

Siguieron al chico hasta la mesa, estaba bastante alejada de la del moreno y era difícil que los distinguiera entre tanta gente. Suspiraron de alivio. Al parecer iban a poder cenar tranquilos...

O al menos eso creían.

Escasos minutos después de que les sirvieran el primer plato, He Tian iba a marchar, pero los descubrió.

- Hey, chicos

- H-He Tian... - le devolvió el saludo el rubio con una sonrisa incómoda, rezando para que no se sentara con ellos.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora