Capítulo 35.

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Aaaaaaah joder, que ganas tenía de volver!! 

Millones de disculpas, como siempre la universidad me está matando (esta vez más) y no tengo tiempo ni de respirar... he tardado mil en hacer este capítulo y ni siquiera he podido revisarlo con calma ni alcanzar el número de palabras que suelo habituar, así que si este cap es algo más corto e incoherente en algunos puntos sorry, pero era subirlo ya así o haceros esperar no se cuantos días más y pues... pensé que esto sería lo mejor, no c, espero compensarlo en el siguiente y claro, que igualmente este os agrade :)

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- Está bien, te pagaré un taxi – le ofreció finalmente el azabache.

- No... - la respuesta del omega fue directa aunque dudosa, como si no estuviera seguro de lo que estaba a punto de decir – llévame tú.

Los ojos de He Tian se abrieron de par en par, incrédulos. ¿Acababa de escuchar lo que acababa de escuchar?

Sí, lo había hecho, y pese a que no entendía la razón de su cambio de parecer, aquello le hacía... tremendamente feliz, pues sentía que al acercarse al entorno personal de Guan Shan este de alguna manera se abría a él, y le encantaba.

- Claro, vamos al coche – le ofreció y empujó muy suavemente por el hombro.

El omega no dijo nada, no tenía ganas, tan solo caminó al paso ajeno, dejándose llevar hasta el auto donde entró sin rechistar.

Tian lo imitó por su lado.

- ¿Dónde vives?

- A las afueras de la ciudad, ve por ahí y luego te indico.

El moreno asintió y puso el coche en marcha, manejando por la carretera rumbo a los cada vez más cercanos suburbios. De vez en cuando observaba de reojo al pelirrojo, pero este no se daba cuenta; su mirada perdida y su ceño fruncido le daban a entender que estaba claramente sumido en sus pensamientos... y la curiosidad le invadió.

- ¿En qué piensas?

Mo salió de su ensimismamiento.

- En nada – le respondió sin más, haciendo que el alfa frunciera levemente el ceño.

- No mientas, estás muy distraído – soltó su diestra para pellizcarle la oreja con intención de molestarlo y hacerlo hablar.

- ¡Ah!

- Vamos, cuéntame que te carcome por dentro... no me digas que sigues pensando en ese guitarrista.

Guan Shan chasqueó la lengua.

- ¿Y qué si es así?

Una sonrisa burlona claramente fingida se dibujó en el rostro del mayor.

- No intentes ponerme celoso Pequeño Mo, no me gusta – advirtió.

- ...no digas tonterías, como si tuviera ese tipo de intereses... – murmuró antes de proseguir – en la siguiente calle gira a la derecha.

Tian asintió y dejó de insistir. Mo no dijo nada más y el silencio se abrió paso en aquel lugar siendo las indicaciones de este último lo único que llenaba dicho vacío.

Cuando llegaron al vecindario, el moreno frunció el ceño disgustado, y es que para su desgracia conocía esas calles y callejones bastante bien; eran frías, oscuras, peligrosas, y de primera mano sabía la clase de negocios que se manejaban en ellas, pues en más de una ocasión había tenido que formar parte.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora