Capítulo 9.

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     La parte alfa de Tian había quedado muy satisfecha al ver a su omega ceder y caminar hacia la barra para cumplir con su deseo. Acostumbraba a extorsionar en el trabajo y le era algo muy natural y sencillo de hacer, pero muy para su sorpresa, se dio cuenta de que en el fondo no estaba del todo tranquilo con lo que acababa de conseguir.

El moreno no sonrió ni nada por el estilo, se limitó a observar el cuerpo ajeno caminar hasta el escenario, poniendo atención a cada detalle de este.

"Que te jodan" "que te jodan" "que te jodan" repetía una y otra vez el pelirrojo en su cabeza. Sentía la intensa mirada ajena clavada en su espalda y eso hacía que su piel se erizara, pues le resultaba muy desagradable.

Subió al escenario a regañadientes y se giró para mantenerle la mirada con el objetivo de aparentar más confianza de la que tenía, sin querer dejarse intimidar nuevamente.

El moreno se estiró en el sofá para alcanzar el reproductor de música y encenderlo. La música sonó y volvió a su posición original.

- Empieza cuando quieras

Guan Shan frunció el ceño y apretó los dientes y puños con fuerza mientras los segundos de la canción pasaban. Tian ahora esbozó una sonrisa de lado, le gustaba la imagen de chico duro que intentaba aparentar, en el fondo si que le parecía admirable, pues no conocía a ningún omega capaz de hacerle frente a un alfa, y mucho menos que a su edad consiguiera seguir virgen. Pero no era de piedra, y sabía que al final cedería.

- No me hagas levantarme, no te conviene...

Mo refunfuñó por lo bajo

- Que te jodan, maldito degenerado

El pelirrojo le sacó el dedo del medio en total desprecio, le iba a bailar, sí, pero era una manera de decirle que lo odiaba y de mantener un poco de su dignidad antes de tomar la barra entre sus manos.

Finalmente lo hizo.

Se sujetó con una sola mano para girar sobre la barra, preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de hacer. Cerró los ojos para relajarse. No era vergüenza ni nada similar, simplemente necesitaba concentrarse para bailar y controlar sus impulsos de darle una paliza al alfa, paliza que nunca llegaría a darse, pues había comprobado anteriormente que no tenía oportunidad alguna de rozarle. 

He Tian lo miraba expectante, sabía que sus movimientos eran muy candentes y pensar que ahora eran exclusivamente para él le hacía querer removerse en su asiento por la impaciencia y el deseo de tocarlo, además de hinchar su orgullo al ser el único que había logrado ir a un privado con el malhumorado pelirrojo. Su buen humor había opacado a la extraña sensación de intranquilidad que había aparecido minutos atrás, al punto de que había empezado a desprender leves cantidades de feromonas de forma involuntaria.

A Mo no le pasaron desapercibidas dichas feromonas, no era un aroma muy fuerte, pero olía demasiado bien y eso le asustó.

"Mierda, no te distraigas con eso" se repitió con el objetivo de dejar de prestarle atención.

Abrió los ojos y dio un pequeño salto para subirse a la barra y dejar que su cuerpo resbalara por esta. Era simplemente una pequeña toma de contacto, un anticipo a lo que le iba a dejar ver, y ese sencillo gesto no hizo más que aumentar las expectativas de Tian.

Guan Shan contoneaba las caderas al ritmo de la música, de forma lenta pero marcada, subiendo y bajando, muy pegado a la barra pese a sentir el frío metal erizarle la piel. Se movía muy bien. Transmitía una sensualidad muy superior a lo que el jefe de la mafia estaba acostumbrado, al punto de que sin darse cuenta, había empezado a jadear de forma casi imperceptible.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora