En el anterior capítulo que subí era septiembre y ahora es casi navidad... waoh... no merezco perdón...
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La puerta del piso de Qiu se cerró y al segundo, este se vio atrapado contra la misma y el cuerpo de He Cheng, quien desesperado por continuar lo que habían dejado atrás en el callejón, se lanzó a su boca con intenciones de devorarla, sin darle tregua siquiera a respirar.
Estaba caliente y su mente se hallaba cubierta por una neblina que no le permitía pensar con la suficiente claridad.
El beta gimió en el beso y agarró con fuerza la nuca del moreno, acercándolo más hacia él. Se estaba quedando sin respiración, pero había echado tanto de menos aquellos labios que la emoción le impedía siquiera recordar sus funciones vitales. Dios, ni siquiera era consciente de cuanto le ardían los pulmones hasta que el alfa se separó, a regañadientes, en busca de aire, y por fin Qiu pudo respirar. Su pecho subía y bajaba agitado, bien por la necesidad de oxígeno o simplemente acompañando a su corazón desbocado.
Los ojos grises del He lo miraban con profunda lascivia. Estaban oscuros, cubiertos en su totalidad por el velo negro de la pupila. Su cuerpo desprendía un calor más intenso de lo usual y si no fuera porque el moreno se lanzó de nuevo a sus labios, borrando cualquier resquicio de cordura, este se hubiera percatado de que las sospechas que había tenido fuera del club eran ciertas y algo no iba del todo bien.
De repente, Cheng agarró las caderas ajenas y volteó violento al beta dejándolo de cara a la puerta, arrancándole un jadeo de sorpresa. El peliblanco sabía lo mucho que al alfa le gustaba ser rudo durante el sexo, él mismo compartía ese pequeño fetiche, si es que así podía llamarse, pero tras cientos de encuentros también sabía que por lo general y dada su fisiología como beta, al principio tendía a ir despacio, creando un ambiente adecuado hasta estar seguro de no infringirle dolor alguno, más ahora simplemente lo había estampado contra la puerta y se restregaba desesperadamente contra su trasero, jadeando caliente contra su oído.
Sí, aquello era demasiado extraño, y por fin su razón logró abrirse camino entre la lujuria que lo dominaba, haciendo clic en su cabeza para comprender que todos aquellos indicios solo podían apuntar a una única cosa: He Cheng había entrado en celo.
No entendía por qué. Si había algo que tenía medido eran los rigurosos celos del que una vez fue su pareja y todavía faltaba un tiempo para este, pero lo había hecho, algo que desconocía, y que por el momento no tenía intención de averiguar, lo había detonado y ahora lo tenía en casa, desesperado por saciar sus primitivos instintos con él.
Ugh, estaba caliente, pero no podía negar que la situación le asustaba un poco.
- Cheng, espera...
Intentó moverse, darse la vuelta, pero el alfa no le dio tregua y volvió a inmovilizarlo. Tenía más fuerza de la usual, tanta que Qiu no pudo siquiera removerse cuando la mano firme del moreno se coló por sus pantalones y ropa interior hasta deslizar sus dedos por el contorno de sus nalgas, tomándose la licencia de enterrar dos de sus falanges hasta el nudillo, sin siquiera vacilar.
El beta gruñó, tragándose el jadeo de dolor que estuvo a punto de salir. Desde su último encuentro en ese mismo apartamento, no había vuelto a tener sexo con nadie, al menos no de esa manera, pues mentiría si dijera que no había disfrutado de la compañía de alguna que otra mujer, encuentros casuales por mero aburrimiento o simple desahogo.
- Cheng... - volvió a insistir, sin resultado – espera, joder.
Y esta vez sí, el alfa por fin escuchó. Con la misma violencia con la que lo había estampado, también se separó, y al Qiu girarse, pudo ver en la oscuridad de sus ojos cierto reflejo de remordimiento que muy en el fondo parecía estar atormentando al mayor. El peliblanco no varió un ápice su rostro, pero sin duda aquella imagen le dolió profundamente en el pecho. Sabía el martirio que Cheng debía estar pasando, no solo por esos dolorosos calores que nunca llegaría a conocer, sino porque en sus muchos años de relación, el moreno siempre fue receloso a compartir su celo por temor a descontrolarse y lastimarlo, y bien sabía que ahora este estaba luchando contra sus ganas de abalanzarse de nuevo sobre él, dándole de alguna manera, la breve oportunidad de alejarse.
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¿Por qué tú?
FanfictionHe Tian: - Alfa - Jefe de la mafia - Posesivo - Odia: su propia existencia Mo Guan Shan: - Omega - Striper - Tsundere - Odia: ser omega, a los alfas La vida de ambos se verá totalmente distorsionada en el momento en el que sus miradas se cruzan, en...