Capítulo 8.

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     Ajeno a todo, Mo se cambiaba la ropa de calle al uniforme en cuestión. Si la otra vez fue con pantalones y camisa largas, hoy utilizaría prendas bastante cortas y ajustadas desde el inicio. Se miró al espejo, sin duda se sentía muy incómodo al verse tan apretado por las telas, además de expuesto, pues estas marcaban toda su figura sin ningún pudor. Algo a lo que todavía no se acostumbraba pese a llevar tres años trabajando en el mismo lugar.

Al salir al pasillo un fuerte olor a alfa excitado llamó su atención, giró la cabeza para encontrarse con She Li a varios metros. Desprendía la cantidad justa de feromonas para calentar a su acompañante, quien por su parte no podía controlar las suyas. Guan Shan apartó la mirada asqueado. No tenía ningunas ganas de ver al peligris siendo manoseado por el cliente de turno. Todas las noches eran iguales... el omega de ojos ámbar tenía varios clientes tras él y no tenía ningún reparo en aceptarlos a todos.

Sin duda She Li sentía verdadera atracción o por el sexo o por el dinero, quizás por los dos.

Sacudió la cabeza para librarse de esa perturbadora imagen y trató de huir sin hacer el menor ruido, sin que notaran su presencia, pero a mitad de camino es interceptado por su jefe.

- Guan Shan, tengo que decirte algo.

El aludido chasqueó la lengua, todavía molesto por la anterior discusión. De un tirón se zafó de la mano ajena.

- ¿Qué pasa? – respondió de mala gana.

Wang trató de mantenerse firme, pues la noticia que iba a darle estaba más que claro que no le resultaría agradable.

- Toma

Le entregó una llave, dejando al pelirrojo completamente descolocado. No sabía que quería decirle con eso.

- Es la llave del reservado 5

Los ojos de Mo se abrieron desmesuradamente al entender la situación. Le había dicho cientos de veces que no se le ocurriera aceptar reservados a su nombre, que ni muerto intimaría con nadie, pero ahí estaba, con la llave de una de las salas en la mano, concretamente la más cara de ellas.

- ¡Y UNA MIERDA! ¡NO PIENSO PISAR ESE JODIDO LUGAR! ¡¿POR QUÉ MIERDAS ACEPTAS?!

La voz del omega estaba cargada de rabia y desesperación, y sus gritos llamaron la atención de varias personas a su alrededor.

- Ha prometido no forzarte a tener sexo, además ofrece una gran cantidad de dinero, la mitad te pertenece.

El dueño del local trató de mantener la voz baja pues esta vez había sido su culpa y no iba a gritarle sin razón, tenía todo el derecho a enfadarse.

Por su lado, Mo se vio ligeramente tentado con lo del dinero, más su orgullo no podía ser comprado.

- ¡No me importa! ¡Cancélalo, no voy a hacerlo!

El beta suspiró profundamente y se llevó la mano a la frente, masajeándose el entrecejo.

- Mo, acepta el jodido reservado, serán solo dos horas y tus deudas laborales quedarán saldadas, no tendrás que recuperar el tiempo de ayer.

Mo gruñó por lo bajo y apretó los puños. No quería pasar dos horas con un tipo que no conocía, podría haberle prometido que no lo tocaría, pero igual estaba mintiendo, aunque... la opción de hacer horas extra y dejar que varias personas lo tocaran y babearan no era muy atractiva tampoco...

Las dos eran una jodida basura de opciones, pero tenía que decantarse por una.

- ¡Aaagh, vale!

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora