Capítulo 41.

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Hola????

Hay alguien???

Espero que sí 😅

Bueno, como ya es costumbre, hoy también vengo a dar explicaciones.

Se que dije que actualizaría más seguido, pero lo de siempre, cosas de la uni blablablá, sin embargo hoy tengo una nueva excusa 😊 y es que hace casi dos semanas que tenía el capítulo listo, solo me quedaba revisarlo y corregir, aunque con lo de la pandemia y la actual cuarentena mi motivación se fue un poco a la mierda... pero bueno justo hoy recuperé parte de esa motivación y POR FIN he podido terminar el capítulo sdjflsdfjlskdf espero seguir con el mismo entusiasmo por el resto de días de confinamiento porque de verdad tengo MUCHISIMAS ganas de que leáis los dos capítulos siguientes (¬‿¬)

Por cierto una cosa más, se que nunca dije la ciudad en la que viven los personajes porque esperé que Old Xian dijera la ubicación real en algún momento, pero dado que no se sabe nada (o yo no me he enterado) y que necesito situarlos en algún lado, pues me la invento: los personajes viven en Hong Kong.

Bueno ahora sí, a leer :)

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Primer día.

Una agradable melodía flotaba en el club, acompañada de una dulce voz procedente de una hermosa omega que cantaba con soltura y delicadeza sobre el elegante escenario. Varios de los presentes la miraban con atención, deleitados, otros tantos simplemente la escuchaban de fondo, y He Tian... era de los segundos.

Su cabeza no atendía a cosas tan insignificantes como aquella. Estaba a punto de reunirse con alguien importante, alguien a quien llevaba varios meses sin ver, el anfitrión de ese club al que, de vez en cuando, acudían varios peces gordos de la ciudad.

El jefe del clan Jin.

¿Cuánto tiempo habían pasado sin tener contacto con ellos?

Años, casi ni recordaba su existencia, o más bien no quería hacerlo.

Detestaba a ese tipo, de siempre lo había hecho, pero su padre y él habían sido muy buenos amigos y en más de una ocasión se habían echado una mano mutuamente, así que, de alguna manera, ambos clanes estaban unidos a pesar del paso del tiempo.

No tenía ninguna gana de verlo y el propio He Cheng compartía la misma repulsión hacia él, pero necesitaban ayuda y dada la situación que estaban viviendo estrechar lazos con viejos amigos era una muy buena opción, así que su hermano insistió en que fuera a hablar con él y Tian no tuvo más remedio que aceptar.

¿Pero dónde cojones estaba?

Se giró para localizarlo entre la multitud y lo descubrió con varios tipos en una mesa a lo lejos, riendo como cerdos y discutiendo sobre vete a saber qué cosa.

Joder, odiaba que le hicieran esperar...

Volvió a darse la vuelta y se acomodó en el mullido sofá para encenderse un cigarrillo y calmarse. A la segunda calada, el tal Jin por fin se acercó.

- Dichosos los ojos, el pequeño He.

Tian aguantó la desagradable mueca que pulsaba por salir al escuchar esa desagradable voz, apagó el cigarro y se levantó para recibirlo.

- Un placer volver a verlo, señor Jin – falsa sonrisa amable le dedicó mientras le tendía la mano, la cual fue estrechada al momento.

El tipo en cuestión era incluso más desagradable de lo que el moreno recordaba; tendría unos 50 años, estaba medio calvo, camino al sobrepeso y con una mirada pervertida constantemente dibujada en su rostro. Le repugnaba.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora