¿Por qué tú?

Capítulo 69.

Holiiii :)

Hoy vengo con un capítulo más bien de transición a los siguientes, pero no deja de ser importante. Espero que os guste 🥴

.

.

.

.

.

Una de la tarde, hora punta en la que la gente llegaba a comer al restaurante donde Mo Guan Shan trabajaba. Las comandas estaban a tope y los fuegos encendidos entre sartenes y cazuelas.

- Mo, ¿cómo llevas la salsa?

- Casi la tengo.

- Bien, voy a ponerme con el otro plato de tu mesa.

- Vale, gracias.

El agradecimiento era sincero, pues eran muchos los comensales que estaban en la mesa de la que se estaba encargando ahora.

Mo estaba emplatando cuando, en ese justo momento, se abrió la puerta de cocina y uno de sus compañeros entró con una sonrisilla en la cara.

- Ya ha llegado el nuevo – dijo mientras se ponía el delantal.

La noticia fue recibida con interés.

- ¿Y se queda ya?

- No lo se, ahora está hablando con la jefa.

Y casi como si los hubiera llamado, Shui abrió la puerta, seguida por el nuevo. Todos los ojos se giraron hacia ellos unos momentos antes de regresar a sus tareas, incluso Guan Shan no pudo evitar mirarlo.

El chico tenía el cabello castaño oscuro y unos ojos también marrones, pero mucho más claros. Era alto, probablemente un par de centímetros más que Mo, pero sus rasgos faciales le hacían aparentar menos edad de los 19 que tenía, como dos o tres años menos... o quizás solo fuera su expresión nerviosa y su sonrisilla tímida lo que le daba la apariencia infantil. Fuera como fuese, no parecía un mal tipo, y eso era más que suficiente para el pelirrojo, así al menos se aseguraba que no había ningún problema con él.

- Equipo, este es Xun Yun, el becario del que ya os hablé.

La alfa lo presentó y todos le dieron la bienvenida, incluido Mo Guan Shan. Los ojos del chico nuevo se pasearon por todos los rostros, aceptando la bienvenida con amabilidad, pero cuando llegó a los de Mo se detuvieron unos instantes y su sonrisa se ensanchó tímidamente. No fue mucho tiempo, pronto siguió con el recorrido y el omega se giró hacia su fuego sin darle demasiada importancia.

Cuando el saludo general acabó, la jefa volvió a hablar.

- Hoy solo voy a enseñarle las instalaciones y ya mañana se incorporará. Supongo que no tengo que pedíroslo, pero enseñadle y ayudadle en todo lo que podáis.

- Oye, chaval – fue en jefe de cocina quien habló, un alfa simpático fuera de cocina, pero de gran carácter dentro – ¿Cómo se te da el trabajo bajo presión?

- E-eeh... - el chico balbuceó, sus nervios eran muy evidentes – Bueno, nunca he trabajado en un restaurante de verdad, menos uno tan grande como este, pero en la escuela de cocina hemos trabajado muchas veces contrarreloj y mis profesores eran muy estrictos y tengo de las mejores notas...

El chico se mordió la lengua para no seguir hablando. Cada palabra que soltaba por la boca la sentía más estúpida que la anterior y se arrepintió por no haberse parado a pensar una respuesta mejor antes de hablar. ¿Cómo se le ocurría poner de ejemplo sus clases cuando estaba en un restaurante de calidad? De seguro parecía un inútil sin experiencia...