¿Por qué tú?

Capítulo 16.

Mil disculpas por tardar tanto en actualizar!!! Estuve de exámenes y me retrasé varios días pero al fin hay capítulo nuevo 😊

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- Como mováis un solo músculo os vuelo la tapa de los sesos... a los tres.

La voz del sujeto tras esas palabras irradiaba ira y el aura que emanaba de él mostraba al resto de alfas el gran esfuerzo que estaba haciendo para contenerse y no matarlos en ese mismo momento.

La presión en el ambiente se elevó junto al calor de Mo al oler las potentes feromonas de Tian y jadeó con lascivia llamando la atención de todos, enfadando más al jefe de la mafia.

BANG

Esta vez la bala pasó cerca de la oreja del otro tipo, quien ahogó un grito de terror.

- Os he dicho que no os mováis, última oportunidad – amenazó con furia contenida.

Quería correr hacia el pelirrojo y protegerlo, hacer sufrir a esos traficantes y luego acabar con ellos para que nadie volviera a molestar al omega, pero no debía dejarse llevar por sus impulsos, había cosas que necesitaba saber y Mo no tenía por qué presenciar las atrocidades que realmente quería hacerles a esos tres.

Con paso lento, caminó hacia ellos mientras se remangaba la camisa hasta casi los codos, una costumbre que había adquirido cada vez que pretendía torturar a alguien.

- Tú, jodida basura – se dirigió al alfa que había disparado primero, dándole una patada en el rostro que lo tiró de bruces al suelo - ¿Qué hacíais con el omega? – preguntó, aun siendo obvia la respuesta, tan solo quería probar si tenía el valor necesario para responder.

El golpeado lo miró con furia desde el suelo, ser pisoteado de esa manera por otro alfa le hería el orgullo.

- Maldito hijo de puta – escupió con rabia, volteándose para ponerse de pie – ¿qué cojones crees que estás haciendo?

Tian lo ignoró.

- Nadie te ha dado permiso para levantarte – dijo, pisando con fuerza el pecho ajeno hasta hacerlo caer al asfalto de vuelta. – Responde a mi pregunta.

El aludido mostró sus dientes en señal de desafío y sonrió altanero.

- Él nos buscó como la zorra que es, estábamos aliviando su calor.

El moreno frunció el ceño y sintió su sangre arder de ira, Guan Shan nunca se entregaría a gente como esa y el muy desgraciado no solo estaba mintiendo, sino que se regodeaba en ello e insultaba al omega.

Molesto, quitó el seguro del arma y disparó el hombro del tipo, atravesando la carne y el hueso de una vez. La sangre salpicó levemente su camisa, pero no le tomó importancia.

- ¡AAAGGGH! – la sonrisa se le esfumó del rostro y soltó un alarido que retumbó por todo el callejón. Llevó su mano libre a su hombro, como si con eso pudiera protegerse de alguna manera en caso de que volviera a dispararle.

- ¿Ya no te ríes? – preguntó con diversión, pateando la mano que cubría la herida reciente para presionarla con la punta del zapato.

- ¡Aaagh, s-suéltame!

El mafioso presionó con más fuerza, nunca sus pasiones le habían dominado con tanta intensidad como ahora y jamás imaginó que podía ser capaz de disfrutar de una tortura, el rostro pálido del otro a causa del dolor y la pérdida de sangre le era muy satisfactorio.