Capítulo 34.

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Bueeeeeno han pasado 16 días desde la anterior actualización, más incluso desde la última vez que Mo y Tian estuvieron juntos peeeeeeero, ya estoy aquí con una nueva dosis de TianShan, espero que la espera no se haya hecho muy eterna.

Mil disculpas y ya me callo 😊

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A las 19.30 justas el moreno llegó al restaurante y nada más ver al pelirrojo, una sincera y boba sonrisa se dibujó en su rostro. Mo estaba terminando de limpiar una de las mesas a lo lejos, concentrado, cuando un fuerte aroma a alfa invadió sus fosas nasales, y no el de cualquier alfa, sino el de He Tian, el suyo.

Levantó la vista, encontrándose a lo lejos con el imponente cuerpo del moreno acompañado de su cada día más habitual sonrisa. Guan Shan frunció el ceño y un leve sonrojo tiñó sus mejillas. Chasqueó la lengua avergonzado de sí mismo y apartó la mirada de inmediato.

Odiaba cuando su cuerpo tomaba la iniciativa por su propia cuenta.

Era incapaz de controlarlo.

Molesto, terminó de recoger, colgó su delantal y se despidió de su jefa y compañeros antes de acercarse al mayor, impasible, quien ya en la puerta y aún con esa estúpida mueca de felicidad, lo rodeó por los hombros y estrechó contra él.

- ¿Cómo te ha ido el día, Pequeño Mo? ¿has hecho muchos amiguitos?

Shan arrugó el entrecejo, sin embargo, no hizo amago de separarse, ya se había acostumbrado a la manía que tenía Tian de tocarlo a cada momento, es más, ni siquiera le molestaba, incluso a veces le reconfortaba.

- Eres imbécil.

- Hey, no seas así – rio y ahora lo rodeó del cuello para revolverle el cabello, claramente incordiándolo – hieres mi maltratado corazón.

- ¡Agh, suéltame idiota! ¡¿a quién cojones le importa tu corazón?!

- A ti, por supuesto – comentó risueño, sin dejar de desordenarle el pelo – vamos dilo, di que te importan mis sentimientos.

El pelirrojo sintió una vena hincharse en su frente, ni muerto diría algo así. Se negaba en rotundo.

- ¡Y una mierda! – intentó zafarse con ímpetu, pero el agarre del alfa era muy fuerte y no le quedó otra que lanzarle todo tipo de improperios hasta que este quiso soltarlo, riendo a suaves carcajadas que terminaron por ablandar al omega, quien simplemente le dio un puñetazo en el hombro seguido de un "eres odioso" carente del sentimiento negativo que quería transmitir.

- Venga, Mo – continuó He Tian - ¿dónde quieres que te lleve hoy? Es tu única noche libre a la semana, esta vez te doy el privilegio de elegir – le propuso, jovial y ajeno a todo lo sucedido en el club hacía escasas 24 horas.

El omega frunció un poco el rostro y sintió un pinchazo en el pecho al recordar la llamada tras el despido, el pánico que sintió en ese momento amenazaba con volver a invadirle... pero no, no debía dejarse dominar por eso, iba a poder solucionarlo todo, siempre había salido adelante y él era fuerte... ¿verdad?

Además, era probable que tuviera una alternativa a sus problemas, pues ayer a la noche contactó con un antiguo compañero de trabajo, uno que ahora estaba trabajando en un club mejor y con una remuneración más elevada. La llamada fue humillante, nunca se había llevado bien con el tipo, aunque tampoco mal y pese a que en alguna ocasión se habían hecho favores mutuamente, arrastrarse para que pudiera conseguirle un puesto en aquel lugar era vergonzoso....

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora