Capítulo 86.

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Aquí estamos por fin!! Al final me tardé un poquito más de lo que esperaba, mis disculpas

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- La voy a llamar.

Mo Guan Shan desbloqueó el teléfono y buscó en sus llamadas perdidas el nombre de su madre. No fue difícil, era la última persona que lo había llamado.

Vaciló durante lagos segundos, dejando su dedo flota sobre la pantalla, y después de mucho pensarlo, volvió a bloquear el teléfono.

- No puedo hacerlo.

- Claro que puedes, Pequeño Mo, has hecho cosas mucho más difíciles. Pulsa ese botón y habla con ella. – trató de animarlo, y al parecer funcionó, pues con dedos temblorosos, Guan Shan volvió a desbloquear el teléfono y a mirar el nombre de su madre en la pantalla.

Solo tenía que darle al botón verde, pero nunca una tarea tan fácil le había parecido tan complicada.

Al ver que volvía a dudar, Tian insistió.

- No tengas miedo, si algo sale mal colgamos y ya está – le dijo, y lo tomó de la mano que tenía libre esperando infundirle fuerzas al pelirrojo.

Mo Guan Shan asintió levemente, respiró hondo y clavó su dedo en el botón de llamada.

El teléfono dio tono y los nervios de Guan Shan se dispararon. Empezó a jadear mientras sus piernas temblaban. Estaba rígido, muy quieto y con la mirada clavada en el teléfono sin saber qué hacer. Cuando parecía que nadie iba a responder, una voz femenina y madura se escuchó al otro lado de la línea.

- ¿Mo Guan Shan? Hijo, ¿eres tú?

El omega se quedó pálido.

Esa voz... habían pasado tantos años desde que escuchó esa voz que pensó que no la reconocería, pero no fue así, la conocía demasiado bien, tanto que su corazón se detuvo por un segundo. Sus noches de pesadillas de pequeño se volvían menos aterradoras cuando esa voz le cantaba hasta quedarse dormido, una voz dulce y gentil que ahora estaba sumida en la angustia.

Mo estaba helado. No podía hablar. Ni siquiera era capaz de pensar. Se quedó ahí quieto con el móvil en la mano, temblando de pies a cabeza.

- Cariño, háblame, por favor. Dime al menos que estás bien.

Intentó responder, pero de sus labios solo salieron balbuceos sin sonido mientras que de sus ojos ya irritados volvían a rodar lágrimas traicioneras. He Tian lo vio y tomó el teléfono entre sus manos. Guan Shan no hizo nada para detenerlo, solo vio como se lo llevaba y colgaba sin decir nada. Luego el alfa lo miró un par de segundos y lo estrechó entre sus brazos sin decir nada.

El abrazo fue el detonante del pelirrojo y este rompió a llorar de nuevo en un llanto más suave que el anterior, pues ya estaba demasiado cansado.

- Ya está, está bien, Pequeño Mo.

Mo negó repetidamente con la cabeza.

- N-No he podido hablar...

- No pasa nada, ya lo harás cuando puedas.

- P-Pero...

El teléfono de Mo sonó de vuelta y ninguno de los dos tuvo que ver quién era el remitente, pues era obvio que sería la madre del pelirrojo.

Guan Shan se tensó y se alejó del pecho de Tian.

- ¿Quieres descolgar?

El omega negó repetidamente, su cara era de puro terror. La llamada no se descolgó, pero cada timbre se clavaba más y más en el corazón de Mo. No podía hacerle eso a su madre, estaría preocupada, pensaría que le había sucedido algo...

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora